No me sorprende todo el revuelo y el juicio paralelo que ha surgido con motivo de las negociaciones para la renovación del contrato de Esteban Vigo por el Xerez.
Pero leo y escucho durante estos días comentarios censurando la actitud de unos y otros, dejando a un lado la moderación que requieren estos asuntos.
Naturalmente, la mayor parte de los palos van dirigidos al club, cuyos máximos responsables deportivos y económicos asumen estos dís su rol de malos de la película.
Nadie duda de que, por su trayectoria desde que llegó al Xerez hace año y medio, Esteban Vigo es merecedor de la mejor de las propuestas de un club modesto como este.
Y es precisamente por esto por lo que el Xerez debe tener presente su delicada posición para no salirse de unas cantidades acordes con sus posibilidades
En toda esta negociación, es Esteban Vigo el que tiene la sartén por el mango. Sus resultados han sido impecables y puede permitirse exigir lo que en justicia se merece. El Xerez, por su parte, sabe hasta donde puede llegar, pero sobre todo hasta donde no debe hacerlo.
Renovar por dos temporadas, a razón de un riñón y parte del otro por cada una de ellas, a un entrenador sin experiencia en la categoría es asumir más riesgos de los necesarios. Aunque también lo es desprenderse de la piedra angular del mejor Xerez de la historia.
Sabido es que el club no está para muchas alegrías, y que la afición del Xerez (como la del Logroñés, el Córdoba o el Antequerano) es de memoria frágil, y que lo mismo le gritan al "Boquerón" eso de "Esteban quedaté" en junio, que en octubre se despachan con un "Esteban vete ya".
Imagínense que el hábil representante del malagueño -que también quiere llevarse su buen pellizco, como es lógico- le saca al Xerez dos años a razón de cincuenta kilos cada uno. Pero llega noviembre, el equipo está último y muy descolgado, y la afición, los jugadores, el consejo y la prensa se han hartado de Esteban Vigo.
Si hacemos memoria nos encontramos con un precedente cercano con Carlos Orúe en el banquillo. El jerezano, en una temporada memorable, nos subió a Segunda diisión, pero en las Navidades siguientes estaba firmando el finiquito.
Por eso recomiendo que no nos dejemos influir por lo que, interesadamente, puedan filtrar en plena negociación una parte y otra, que por otro lado es algo tan viejo como el mundo.
Que sea lo que tenga que ser. Yo pienso que lo ideaj es que Esteban Vigo se quede, pero entiendo que no a cualquier precio.
Pero leo y escucho durante estos días comentarios censurando la actitud de unos y otros, dejando a un lado la moderación que requieren estos asuntos.
Naturalmente, la mayor parte de los palos van dirigidos al club, cuyos máximos responsables deportivos y económicos asumen estos dís su rol de malos de la película.
Nadie duda de que, por su trayectoria desde que llegó al Xerez hace año y medio, Esteban Vigo es merecedor de la mejor de las propuestas de un club modesto como este.
Y es precisamente por esto por lo que el Xerez debe tener presente su delicada posición para no salirse de unas cantidades acordes con sus posibilidades
En toda esta negociación, es Esteban Vigo el que tiene la sartén por el mango. Sus resultados han sido impecables y puede permitirse exigir lo que en justicia se merece. El Xerez, por su parte, sabe hasta donde puede llegar, pero sobre todo hasta donde no debe hacerlo.
Renovar por dos temporadas, a razón de un riñón y parte del otro por cada una de ellas, a un entrenador sin experiencia en la categoría es asumir más riesgos de los necesarios. Aunque también lo es desprenderse de la piedra angular del mejor Xerez de la historia.
Sabido es que el club no está para muchas alegrías, y que la afición del Xerez (como la del Logroñés, el Córdoba o el Antequerano) es de memoria frágil, y que lo mismo le gritan al "Boquerón" eso de "Esteban quedaté" en junio, que en octubre se despachan con un "Esteban vete ya".
Imagínense que el hábil representante del malagueño -que también quiere llevarse su buen pellizco, como es lógico- le saca al Xerez dos años a razón de cincuenta kilos cada uno. Pero llega noviembre, el equipo está último y muy descolgado, y la afición, los jugadores, el consejo y la prensa se han hartado de Esteban Vigo.
Si hacemos memoria nos encontramos con un precedente cercano con Carlos Orúe en el banquillo. El jerezano, en una temporada memorable, nos subió a Segunda diisión, pero en las Navidades siguientes estaba firmando el finiquito.
Por eso recomiendo que no nos dejemos influir por lo que, interesadamente, puedan filtrar en plena negociación una parte y otra, que por otro lado es algo tan viejo como el mundo.
Que sea lo que tenga que ser. Yo pienso que lo ideaj es que Esteban Vigo se quede, pero entiendo que no a cualquier precio.
3 comentarios:
Este articulo es de verwenza...sigue comiendole el culo a morales mientras nuestro club de muere poco a poco...
Tienes poco de XERECISTA Eugenio, me parece vergonzoso que le alabes el gusto a personaje este, que tenemos por "accionista mayoritario", flaco favor le haces a la afición, y al Xerez, y también a tu Pilarita. Lo dicho no dormiría con la conciencia tranquila despues de escribir esta mierda de panfleto, por llamarlo de alguna manera. Después te darás golpes de pecho, diciendo que eres xerecista.
Bueno, no voy a ser tan duro y maleducado como mis anónimos homónimos. Sólo decirte que el asunto no me parece tan simple, estoy seguro de que Esteban se quería quedar y el club no ha hecho el esfuerzo suficiente. Además, no es sólo la labor de Esteban lo impostante, sino la confianza depositada en él por el bloque de futbolistas que sin duda ahora vamos a perder.
¿qué opinas sobre esto?
Yo, como casi todos los xerecistas, he perdido la ilusión en el proyecto. qué vergüenza!
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