sábado, 8 de septiembre de 2012

Miopía pueblerina

MIGUEL Recio fue un excelente guardameta de los setenta y ochenta. Aunque nacido en Sanlúcar de Barrameda, se dio a conocer en el equipo del Cádiz que ascendió a Primera división en la 80-81. Su aportación fue clave en el éxito de los amarillos aquella temporada, siendo fijo en las alineaciones durante la mayor parte del ejercicio. Sin embargo, una declaraciones sacadas de contexto le apartaron del equipo en las últimas jornadas, y la gloria de la foto de la formación del ascenso en Elche se la llevó Bocoya, un ceutí que en la temporada siguiente seguiría defendiendo el marco cadista en Primera división. De haber podido debutar y tener cierta continuidad en la máxima categoría de una Liga marcada por la cercanía del Mundial 82, Recio pasó a firmar por el Xerez que, de la mano del húngaro Dunai, comenzaba un nuevo proyecto en Segunda B. Pronto se demostraría que la categoría le quedaba pequeña al meta sanluqueño, que con sus grandes actuaciones contribuyó decisivamente al ascenso a Segunda junto a los Rivas, Perdigones, Pozo, Diánez, Francis, Cabral, Mansilla o Eloy. Recio estuvo otras tres temporadas más, casi siempre como titular, en el viejo estadio Domecq. Allí se ganó el cariño de una afición que, treinta años después, aún le recuerda. Lo mismo deleitaba a la grada con sus paradones y su solvencia en el juego aéreo, que batía con maestría el portal contrario desde el punto de penalti, otra de sus especialidades. Ahora, cada vez que paso por la tienda de deportes que regenta en la Calzada del Ejército de Sanlúcar, entro a verlo y hablamos de fútbol y de recuerdos en azul y sepia. Afortunadamente, antes no existía la miopía pueblerina que hoy afecta a más de un aficionado que se refugia en pintadas anónimas y cobardes. Nadie hubo aquél verano del 81 que se rasgara las vestiduras porque un jugador cambiara el Cádiz por el Xerez. De la misma forma que nadie en Carranza se hizo el harakiri porque tres jerezanos -Choquet, Dieguito y Francis- recalaran en el club amarillo para dar sus mejores años de fútbol en Primera división. El espíritu de la España profunda de Puerto Hurraco se traslada a Jerez en pleno siglo XXI para vetar el fichaje de un futbolista cuyo único delito es haber disputado 31 partidos con el Cádiz hace siete temporadas. Quiero pensar que la demora a la hora de decantarse por una de las opciones para la portería sólo obedece a querer darle más tiempo a Fernandes para que demuestre sus cualidades. Entiendo que las pintadas impresentables de Chapín no deberán influir en el ánimo del director deportivo y el cuerpo técnico. Supongo que el pasado cadista de Raúl Navas no influirá en una decisión tan delicada como la elección de un guardameta de garantías. De lo contrario, la miopía pueblerina no se limitará sólo a unos cuantos burros. Y eso ya me preocupa mucho más.

sábado, 10 de marzo de 2012

Lesma, déjalo


"Escándalo", "robo", "polémica", "atraco", son los términos que suelen acompañar las crónicas de los partidos que dirige José Luis Lesma López (Madrid, 21 de abril de 1976). Pruebe si no a teclear en Google "Lesma López escándalo arbitral" y lo comprobará.
Después de tantos años viendo fútbol, lo de hoy en Gerona no es sólo una tarde aciaga de un árbitro del fútbol profesional, de la mejor liga del mundo, de la liga de la selección campeona del fútbol. Lo de Lesma López lleva coleando desde hace años, pero el colectivo arbitral mira para otro lada para mayor desgracia de nuestro envidiado campeonato balompédico.
Lejos de considerar este artículo una incitación a la violencia, lo que sí me lo parece es la designación cada fin de semana de este señor para dirigir espectáculos deportivos de masa.
El Xerez sufrió también otro escarnio similar el pasado año en Valladolid, pero con ello no quiero decir que Lesma sera una amenaza para ningún equipo en concreto, sino para el fútbol en general.
Me resisto a pensar que los insufribles conciertos de pito del colegiado madrileño sean fruto de la mala suerte o la casualidad. Lo de este señor es una práctica muy habitual que maldita la gracia que le hace a nuestro fútbol.
Una cosa es el pobrísimo nivel del arbitraje español, agravado según se desciende de categoría, y otra tropezar una y otra vez en la misma piedra y a sabiendas.
Si Victoriano Sánchez Arminio, presidente del Comité Técnico de Árbitros a perpetuidad, tuviera un mínimo de decoro o de dignidad, que a estas alturas es mucho presuponer, presentaría su dimisión de manera fulminante por reincidente nada más ver el video de las jugadas polémicas del Gerona-Xerez.
Un partido que se suma al Betis-Salamanca de la pasada temporada, en el que anuló un gol legal de manera escandalosa a los salmantinos en el último minuto; al Granada-Celta de la promoción de ascenso a Primera, en el que también se erigió en tristísimo protagonista; el Las Palmas-Deportivo de este año, en el que se inventó una pena máxima que dio el triunfo a los poderosos coruñeses, o el Castellón-Murcia de la 2008-09 en el que fue decisivo en la derrota de los pimentoneros.
Por muy corrompido que esté el estamento arbitral, donde los méritos que suman no son la capacidad y el acierto, lo de Lesma López hay que pararlo ya de una vez por todas. De lo contrario, a lo peor una tarde de éstas el vaso de la paciencia rebosa y estaríamos hablando de algo impropio de un acontecimiento deportivo.