sábado, 19 de noviembre de 2011

Una de tortilla sin huevos


ERA algo así como un cuarto de kilo de ambición, medio de sentimiento azulino, fuerza, ilusión, motivación y alegría. Con todo esto se hacía un sofrito y luego el ingrediente estrella eran los dos huevos que debía echarle la plantilla. Mira cómo me río: ¡ja! Espero que se le ocurriese sólo al responsable de márketing, si no el grado de cinismo de los del calzón corto llegaría a límites insospechados. Tres meses después, y visto lo visto, la conclusión es que el pobre Óscar Díaz no se va a ganar la vida como cocinero, pero mucho menos como futurólogo.

Siendo sinceros, todos deberíamos asumir la responsabilidad por haber mirado con lupa el trabajo del director deportivo y los entrenadores que han pasado por Chapín en los últimos meses, mientras que los jugadores miraban para otro lado como si la cosa no fuera con ellos. Aquí se ha puesto en cuestión la valía de Emilio Viqueira en los despachos, la capacidad de Juan Merino y la alegría de Javi López en el banquillo, la lealtad de los consejeros y hasta la ética profesional de los administradores concursales. Sin embargo, no he escuchado una palabra más alta que otra con respecto al grado de compromiso y la profesionalidad de los que al final tienen que plasmar sobre el campo lo trabajado fuera de él.

Hemos estado tan obcecados en analizar con lupa al técnico de turno, que ni hemos reparado en la falta de carácter de una plantilla sin alma. Y si lo hemos hecho, también se lo hemos reprochado al entrenador, por no haber sabido sacarle ese carácter que se le presupone a todo profesional.

Mi impresión, con lo visto durante la pasada temporada y lo que llevamos de ésta, pedirle a este grupo que eche lo que tiene que echar es como pedirle a una vaca lechera que embista como un Miura.

Por más vueltas que le doy, los motivos por los que quitaría de enmedio a Merino son pocos comparados con los que tendría para cargarme ahora mismo a más de tres cuartas partes de la plantilla actual. Por mucho que un entrenador dedique los días y las noches enteras a hacer su trabajo lo mejor posible -y me consta que Merino lo hace-, si después los que tienen que responderle se esconden, la misión se torna imposible.

Jamás vi a un equipo que dándolo todo sobre el campo le fuera siempre mal. Puede suceder puntualmente, pero con trabajo, constancia, esfuerzo y honradez, tarde o temprano la suerte cambia.

Merino es responsable del preocupante bache del Xerez, pero en la misma proporción que el resto del equipo, ni más ni menos. Por mi parte, el ultimátum sería para los jugadores, pero el topicazo de la cuerda amenaza con volver a repetirse.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Mejor así


LA mayor parte de los aficionados del Xerez vuelve a tener los pies en el suelo. Cinco jornadas sin ganar, en las que el equipo ha sumado tres puntos de quince posibles y se asoma al descenso, han bastado al respetable para comenzar a verle las orejas a un lobo que de momento no ha hecho más que aparecer en el horizonte.

El estado de levitación ha durado casi dos años y medio. El éxito del ascenso a Primera, tan justo en lo deportivo como irreal en lo institucional, alejó de la realidad a una hinchada que se pensó que esto era Jauja, y que los años de penurias en Tercera y Segunda B habían quedado definitivamente atrás para una entidad endeudada hasta las cejas y sin más patrimonio que su propia afición.

Para no volver a caer en la mediocridad del pasado proyecto, en el que paradójicamente el sexto presupuesto más bajo de la categoría estuvo peleando hasta el último minuto por meterse en la liguilla a Primera, los protagonistas del nuevo acto, entrenador y jugadores incluidos, no han hablado de otra cosa que de ascenso. Lo de los 51 puntos, para los simplones.

Esto provocó que la primera pitada de la temporada llegase antes de la media hora del debut liguero en Chapín ante el Guadalajara, y que la parroquia haya recelado desde el principio de un técnico novel cuyo perfil no se ajusta al del profesional que debe abanderar un proyecto tan ambicioso.

Con el paso de las jornadas, el juego ha ido a más, pero los resultados a menos, y esto tampoco ha acabado de contentar a la grada. El año pasado no se jugaba a nada pero se ganaba. Este año se juega pero no se gana. El resultado es el mismo: la indiferencia. Pero a eso hay que sumarle la intranquilidad, porque de tanto mirar hacia arriba, se nos había olvidado cómo se las gastan los de abajo.

En adelante, es de esperar que la cura de humildad cale y que cuando cambie la suerte, que jugando de esta forma no debe tardar en hacerlo, los aficionados vuelvan a valorar lo bien que sabe sumar tres puntos de una tacada en Segunda División, se juegue como se juegue.

sábado, 21 de mayo de 2011

Irrepetible Antoñito


El arte, el duende y el genio son dones que concede Dios según su sabio criterio. Deben ser algo así como unas bolitas que el Creador lanza y a quien le caen le convierte en un ser especial, además de único e irrepetible como el resto de los mortales. Según dicen, al de arriba se le fue la mano con esta bendita tierra nuestra, cosa de la que no me cabe la menor duda.

Futbolísticamente hablando, Jerez ha sido una plaza propicia para que los que atesoraban ese don lo explotaran sin reservas. De los que he visto, me quedaría con el talento de Dieguito, Miguel y Francis Cabral, Torres, Chicha, Cakic ó Emilio Viqueira, aunque seguro que me dejo fuera otros muchos.

Mención aparte merecen otros jugadores que me han marcado y a los que situaría en otra dimensión. Ni mayor ni menor. Distinta. Me refiero a Eloy, Sanabria, Quini y Antoñito. Tan imprevisibles y geniales sobre el césped, como difíciles de llevar fuera de él.

Repasemos. Después de una temporada fabulosa, a Eloy se le acabó su buen momento en Jerez cuando hizo añicos y arrojó al retrete el dinero de una prima por no estar de acuerdo con el reparto.

Sanabria, al que todos recuerdan como un mago del balón reservado y en ocasiones mal encarado, le decía a sus compañeros antes de saltar a calentar cuántos goles marcaría esa tarde. Nunca se equivocaba. Si eran tres, tres; si dos, dos, y si no estaba ese día para nada, no estaba para nada.

El genio que llevaba dentro permitía a Quini compaginar goles de pañuelos con el lanzamiento de una bota a la cabeza de su entrenador, Chus Pereda.

Y así hasta Antoñito, que a pesar de su intermitente disponibilidad vive una segunda juventud futbolística desde que llegó al Xerez hace cuatro temporadas. Seamos claros, la innegable calidad del sevillano le permite resolver situaciones imposibles, y en Chapín lo hemos comprobado más de una tarde. Sin embargo, su calidad futbolística es tan incuestionable como su singular carácter.

El debate sobre si Antoñito sí o no es tan viejo como el fútbol. Como todos los genios, necesita sentirse querido e importante. Si no, desconecta y adiós. Así se ha tirado durante las tres cuartas partes del tiempo que lleva en Jerez, pese a lo cuál el del Polígono San Pablo ocupa ya un lugar destacado en la historia de la entidad.

Seamos razonables. Antoñito, como Eloy, Sanabria o Quini, nunca hubiera jugado en el Xerez si, además de jugar cómo los ángeles, hubiese hecho vestuario. Con todo, en el Xerez seguimos disfrutando de futbolistas irrepetibles, por irregulares y difíciles de entender que sean también.

sábado, 2 de abril de 2011

El amo imprudente


Busco en el refranero español una frase relacionada con la prudencia y encuentro ésta: "El amo imprudente hace al mozo negligente". Dijo el otro día el flamante presidente del Xerez, Antonio Millán, que "podemos, debemos y tenemos la obligación" de entrar en la liguilla de ascenso a Primera división. No vamos a descubrir a estas alturas el prestigio profesional del nuevo mandatario xerecista. Licenciado, Doctor y toda una eminencia en Derecho Deportivo, su sola presencia en el club es garantía de estabilidad y coherencia y unidad, virtudes de las que tan huérfano ha estado el Xerez.

Sin embargo, Millán se mete en el mismo charco al que antes se lanzaron de cabeza, sin dudarlo, todos sus predecesores en el sillón presidencial. En general, a los presidentes de fútbol les puede la dichosa manía de sacar los pies del tiesto y meter las narices donde nadie les llama. No entienden o no quieren entender que las opiniones que emitían como aficionados cobran ahora una inusitada trascendencia porque cuando hablan lo hacen en nombre de la entidad que presiden.

Salvo honrosas excepciones, el que uno sea presidente de un club no significa que lo sea por entender más que nadie de este deporte ni tener el don de la infalibilidad, más bien el contrario. Ejemplos como los de Gil y Gil, Caneda, Lopera, Piterman o, para no irnos tan lejos, Joaquín Bilbao así lo atestigüan.

Afortunadamente, el refrán esta vez no ha dado el clavo, a juzgar por la respuesta de Juan Luis Redondo. Lejos de mostrarse negligente o falto de aplicación, el veterano lateral es el claro ejemplo de que el plantel tiene los pies en el suelo. Sentenciar que el ascenso "es importante, pero no una obligación" es una forma de poner a cada uno en su sitio.

Seguro que Antonio Millán, que ha pagado la novatada porque es más inteligente y prudente que su desliz haya podido hacer ver, habrá tomado buena nota y se cuidará mucho de dejar que sean los responsables de la parcela deportiva, los propios futbolistas y, sobre todo, el tiempo los que evalúen las posibilidades y aspiraciones del equipo.

domingo, 6 de marzo de 2011

Vacas flacas


A veces tengo la sensación de que hay una parte de la historia del Xerez que se me escapa. Una etapa en la que, al igual que el Villarreal ahora, o hace unos años el Alavés, nos codeamos con lo mejor del fútbol español y europeo, pero que los aficionados mayores y los historiadores del balompié local no nos han contado.

Después de muchos años sumidos en la mediocridad de la categoría de bronce, con alguna presencia efímera en la división de plata, hace ahora una década logramos el último ascenso a Segunda. Desde entonces, y salvo en momentos puntuales, el equipo nos ha malacostumbrado con unas magníficas campañas en las que ha estado muy por encima de sus mediocres y malintencionados dirigentes. Aún así, en estos diez años en los que acumulamos ya 23 temporadas en la segunda categoría de nuestro fútbol, la presencia en otras como la Segunda B, la Tercera y la Regional Preferente, es casi el doble.

Los más viejos del lugar nunca habían soñado siquiera con un equipo consolidado entre los 40 mejores de España, máxime con la merienda de negros en la que se ha convertido la cúpula de la entidad durante este período y la falta de una estructura acorde a un club profesional.

Recordar esta realidad histórica no es un signo de debilidad ni de mediocridad. Ser conscientes de dónde venimos es la mejor forma de entender dónde estamos y de calibrar hacia dónde podemos ir.

Con las vacas gordas, el Xerez, como la mayor parte de las aficiones de todo el mundo, ha ido ganando una masa social de la que carecía y en la que ya hay incluso una generación a la que ni le suena la famosa ruta de la plata, ni equipos como el Moralo, el Villanovense, el Calvo Sotelo, el Cacereño o el Díter Zafra.

Ahora, con las vacas flacas, la negación de la realidad es el primer síntoma de que no vamos por buen camino. Con uno de los presupuestos más bajos de la categoría y en ley concursal, pedimos la cabeza del entrenador porque su discurso de los cincuenta puntos ha hecho que se nos escapen Celta, Rayo y Betis, casi nada al aparato.

A mi modo de ver, el equipo ha estado hasta ahora muy por encima de sus posibilidades, ocupando puestos de promoción que no han impedido que Javi López haya estado siempre en el ojo del huracán.

Lo malo es que a algunos las vacas flacas nos parecen buenas palurdas para carne. En fin, las cosas de la mediocridad.

sábado, 26 de febrero de 2011

El enemigo en casa


CUANDO escribo estas líneas aún no ha comenzado el Tenerife-Xerez, pero el resultado poco va a variar mi reflexión en voz alta de esta semana.

Sin contar con el partido de anoche, el Xerez suma como visitante casi las mismas victorias que como local. En casa el equipo juega anormalmente tenso, inseguro e incómodo, pero cuando se suelta y da lo mejor de sí es lejos de Chapín.

Con una afición que suma más de 11.000 socios y una entrada en Chapín cada quince días que rara vez baja de los 10.000, resulta paradójica esta situación, máxime cuando los hombres de Javi López están manteniendo una trayectoria bastante regular.

Que el equipo no está a gusto en su propio feudo lo denotan no sólo los números, si no las dudas que desprende ante un rival que se queda con nueve o cuando le expulsan a un jugador, como se vio hace una semana ante el Córdoba con un público implacable como testigo.

Si esta circunstancia se repitiese como visitante, estaríamos hablando de un rival que, dada su debilidad moral y su falta de confianza, se debatiría en la lucha de mitad de la tabla para abajo. Pero no es el caso. En el Helmántico, sin ir más lejos, le dio la vuelta al resultado jugando con diez. Y en el Cartagonova supo mantener la ventaja durante veinte minutos tras otra roja innecesaria a Lombán.

El Xerez ha dado lo mejor de sí este campeonato en Tarragona, Sevilla, Las Palmas, Salamanca o Cartagena, pero en casa sólo recordamos algunos ratitos buenos ante Valladolid y Barça B, y pare usted de contar. ¿Por qué será?.

Sabida es la aversión de buena parte de la sabia grada de Chapín hacia Javi López, un técnico que guste o no, fue el elegido por Viqueira para, una vez amarrada la permanencia, pelear por objetivos más ambiciosos. Salvo que el club tenga un plan B que se me escape, me consta que ni hay dinero ni ganas de satisfacer la demanda social, de modo que la presión que se traslada del graderío al banquillo y de ahí al terreno de juego, se me antoja estéril, además de exagerada.

Despojar a la afición del espíritu crítico podría resultar tan negativo como su excesiva beligerancia, pero no está de más recordar que del buen papel en Chapín dependió hace tres temporadas poder escapar del descenso a Segunda B y, un año después, lograr el inolvidable ascenso a Primera. ¿Merece la pena seguir teniendo al enemigo en casa?

domingo, 20 de febrero de 2011

1-3: El Xerez no se sobrepone a la expulsión de Lombán y acaba a placer del Córdoba


Tenía muy buena pinta el arranque de partido del Xerez, llegando incluso los azulinos a adelantarse en el marcador tras un golazo de Mario Bermejo que, a fuerza de ser justos, contó con la inestimable colaboración del meta cordobesísta.
Con el encuentro bien encarrilado, un error garrafal de Lombán dio lugar a su expulsión y el choque ya no fue el mismo. El ex valencianista no debe haberse enterado aún que hay zonas del campo en las que está prohibido jugar el balón y Charles, otro de los protagonistas de la contienda pero por el lado positivo, se aprovechó de la pifia.
Quedarte con uno menos no deja de ser una faena en cualquier circunstancia, pero al Xerez de ayer hay que reprocharle una y mil veces que no supiese gestionar nunca la mínima ventaja que contaba.
Con diez dio la impresión de que al equipo de Javi López se le fundieron los plomos y en los minutos siguientes a la expulsión fue un juguete roto en manos de un Córdoba que no fue nada del otro mundo, pero sí muy práctico, todo lo que no fue el Xerez semanas atrás ante un Elche con nueve.
Sinceramente, en los instantes de desconcierto tras la roja al defensa central eché en falta una prolongación del técnico en el terreno de juego. Con Bruno y Cordero escondidos, el equipo era un manojo de dudas y de nervios. Y así nos fue. Hasta que Capi no entró en escena, veinte minutos después de todo esto, no tuvieron claro su rol los jugadores, y ahí Javi López tiene mucho que explicar, porque la falta de comunicación desde el área técnica fue evidente.
De todas formas, no hay que reprochar sólo al entrenador la caída empicado de un equipo que vuelve a suscitar muchas dudas entre sus aficionados, sobre todo cuando se le presenta cualquier circunstancia anómala durante el partido, ya sea en contra o incluso a favor. Y así no vamos a ningún lado.

sábado, 19 de febrero de 2011

Amnesia colectiva (publicado hoy sábado en Diario de Jerez)


EL otro día, en una tertulia televisiva, escuché a un señor que llamaba para decir que si el Xerez tenía 38 puntos es porque José Mari le ha dado 25 con sus goles, y que mejor que no se lesionara porque el equipo no tiene un recambio de garantías.

Que el sevillano está cuajando una de las mejores temporadas de su carrera es algo tan obvio como que su calidad está muy por encima de la media de la categoría. Pero tan real como que sin el trabajo y el acierto de sus compañeros y la confianza que siempre le ha brindado Javi López, el ex internacional hubiera seguido pasando desapercibido en el ocaso de su carrera en equipos de tercera línea.

Lo que me molestó no fue el elogio excesivo e injusto, sino la amnesia del interlocutor al no reparar en la presencia en el banquillo, la grada o la enfermería del jugador más honrado y rentable que jamás vi en este club. Cuando lo fichó el denostado Miguel Ángel Rondán al final del mercado de verano de 2008, de Mario Bermejo se dijeron las mismas barbaridades que cuando Emilio Viqueira apareció en Chapín del brazo de Capi o del propio José Mari hace unos meses. Que venía para arrastrarse y llevárselo calentito. En cualquiera de los tres casos sobran más comentarios a la vista de los resultados.

Luego vinieron los goles decisivos del ascenso y los que nos permitieron mantener intactas las esperanzas hasta la fatídica tarde en Pamplona.

Por mucho que la amnesia colectiva quiera imponerse y por más que el 'run run' de la grada dudara hace una semana en Chapín que pueda volver por sus fueros, el 'nueve' cántabro está escribiendo las páginas más brillantes de la historia del club. Seguramente, las de esta temporada muy a su pesar, porque tras negársele su salida en verano puede que nunca más tenga la oportunidad de jugar entre los grandes.

sábado, 5 de febrero de 2011

1-0: Otro gol de José Mari permite al Xerez sumar la segunda victoria seguida y lanzarse a la caza de los dos primeros

El undécimo gol de José Mari en Liga sirvió al Xerez para sumar el segundo triunfo consecutivo ante otro rival directo en la parte alta de la tabla, un Barcelona B al que le costó meterse en el partido, pero que cuando lo hizo demostró porqué es el filial del mejor equipo del mundo.
Los de Javi López cimentaron la suma de tres nuevos puntos en una primera mitad para enmarcar. Tras una primera fase de tanteo en la que xerecistas y barcelonistas escondieron sus cartas, fue el Xerez el primero que aprovechó las pocas fisuras que ofrecía el partido. Primero con un testarazo de José Mari que no subió al marcador por una rigurosa falta previa sobre Fontás. Después, con otra nueva conexión Pablo Redondo-José Mari que volvió a ser letal para la zaga adversaria. El primero abrió al hueco al segundo, que batió por bajo a Miño.
El Barça B apretó algo más tras el gol, pero el Xerez controló en todo momento la situación, gracias en buena parte al estado de gracia que demostraron Capi, Óscar Díaz, José Mari, Raúl Llorente o Pablo Redondo, muy participativos en el primer acto.
Tras el descanso, el Xerez pareció acusar el esfuerzo de los primeros cuarenta y cinco minutos. Fue cuando el filial azulgrana comenzó a tocar más, sin desesperarse, y a esperar sus opciones.
Pero no fue hasta la salida de Nolito, a la hora de partido, cuando el partido se rompió del lado visitante. En el primer balón que tocó, el sanluqueño rondó el gol, pero Chema estuvo inmenso durante toda la noche, salvando a su equipo con tres intervenciones de mérito.
La pesadilla azulina tuvo nombre propio en el habilidoso extremo. Los cambios metieron más aún al Barça B en el partido, mientras que la entrada de Mario Bermejo no mejoró el juego local.
Transcurrían los minutos y el empate barcelonista parecía estar más cerca que el segundo gol jerezano. A pesar de no tener continuidad en su juego, los azulinos también tuvieron sus opciones, siempre desbaratadas por un Miño que salvó dos buenos remates de Óscar y Leando, y que vio cómo un testarazo de Mario se marchaba lamiento el poste.
Con el tiempo cumplido, Oriol perdonó el empate al intentar controlar con la cabeza lo que parecía un claro remate a gol.
Con 38 puntos y un partido más, el equipo de Javi López sigue poniendo tierra de por medio respecto a sus perseguidores y se lanza a la caza de los dos primeros puestos de ascenso directo.

sábado, 29 de enero de 2011

El Xerez suma un solo punto más como local que como visitante


Dieciocho puntos como local, y diecisiete como visitante. Lo de la diferencia de rendimiento entre el Xerez de casa y el que juega lejos de Chapín es, como mínimo, para invitar a la reflexión a buena parte de la siempre exigente afición xerecista.
No es normal que, con tan sólo ocho días de diferencia, el mismo equipo pase de bloquearse ante un rival directo con nueve y le deje escapar vivo de su feudo a arrollar a domicilio a otro rival directo al que apenas le dio opción a pesar de jugar la recta final del partido con un jugador más.
La diferencia radica en que el Xerez de Javi López no acaba de encontrarse a gusto como local. El grad de exigencia y de crispación alcanza tal nivel que el grupo sólo desarrolla el enorme potencial futbolístico que atesora a muchos kilómetros de distancia de la que en teoría debe ser su casa.
Durante la semana no he parado de darle vueltas a los gritos de "dimisión, dimisión" contra el entrenador cuyo equipo marcha cuarto clasificado.
La conclusión a la que llego es que cierto sector de la hinchada no se acostumbra a vivir sin los dos iconos a los que convirtió en sus referentes ante tanto vacío institucional.
Recién estrenada la segunda vuelta, y además de la mejor de las maneras para el Xerez, lo más responsable es apelar al apoyo incondicional de todos para alcanzar el objetivo común del ascenso. Chapín debe recuperar el mismo espíritu de la temporada del ascenso y la de la segunda vuelta en Primera división. Todo lo que no sea eso sera restar, y la cosa no está para ir regalando nada.

1-2: El Xerez vuelve a ofrecer como visitante su mejor cara a costa del Cartagena


Para ver la mejor versión del Xerez de Javi López va a ser necesario apuntarse a una excursión cada quince días o estar pendiente de la pequeña pantalla cada vez que el equipo juegue lejos Chapín.
Y es que si hace una semana contemplamos a un equipo plano y sin ideas incapaz de deshacerse de un Elche con dos hombres menos, esta tarde, jugando con diez por la infantil expulsión de Lombán, el mismo Xerez ha arrollado a otro rival directo, el Cartagena, al que no ha dado opción y ha devuelto con creces el 1 a 4 de la jornada inaugural en Chapín.
Salvo en los siete minutos que siguieron al gol inicial del local Víctor, el Xerez jugó cómo y cuanto quiso a un Cartagena impotente ante el juego preciso y precioso de un gran rival.
Sin cuajar un gran partido, los de Javi López supieron hacer su partido. Incluso en los momentos en los que más arreciaba el Cartagena, los azulinos tuvieron arrestos para volver a nivelar la balance con José Mari, cómo no, como protagonista.
En plena avalancha xerecista, el sevillano fue también el autor del segundo gol de los jerezanos, pero pudieron ser más si Cordero está más inspirado en el remate y Óscar Díaz más generoso en sus acciones.
Al final, sólo la expulsión de Lombán obligó al Xerez a dar un paso atrás. Aún así, un clamoroso penalti no señalado sobre Pablo Redondo pudo ahorrarle a la hinchada azulina un agobiante final de partido que no variaría el marcador.

sábado, 22 de enero de 2011

El ascenso directo parece ser cosa de tres


Con el riesgo que tiene afirmar esto con toda una segunta vuelta y sus sesenta y tres puntos por delante, parece que las dos plazas de ascenso directo a Primera división va a ser cosa de tres equipos: Betis, Celta y Rayo Vallecano. Pese al traspié del primero en casa del Villarreal B, los verdiblancos, junto vigueses y rayistas, están demostrando estar un peldaño por encima del resto de sus perseguidores.
Entre tanto, el Xerez sigue desaprovechando la posibilidad de reengancharse a este tren. Pese a que todo apunta que los azulinos tienen mimbres para algo más que para estar a años luz de los tres primeros, los tres puntos que han volado de Chapín en las dos últimas citas, sobre todo los dos últimos ante un rival que jugó toda la segunda mitad con nueve, llenan de dudas sus posibilidades reales de ascenso.
Desde el primer momento he defendido la profesionalidad, laboriosidad y buen hacer de Javi López y su segundo, pero entiendo la impotencia de gran parte del público el viernes al brillar por su ausencia la conexión entre el banquillo y la grada.
Ya sé que el carácter de Javi López no le convierte en el compañero de juerga ideal y que las comparaciones son odiosas, pero el viernes busqué y no encontré al límite del área técnica a ese entrenador desgañitándose y enviando impulsos positivos a los suyos. Miraba al banquillo y no veía al Esteban del día de la remontada al Castellón o al Gorosito de aquél 2 a 1 sobra la bocina de Mario Bermejo ante el Almería. El jugador, en situaciones como las del otro día, necesita mirar al banquillo y ver algo más a una especie de pasmarote con los brazos cruzados y la cara de póker. Entiendo al barcelonés cuando dice que a él no le pagan por dar volteretas. Ni eso, ni la indolencia y la sangre de horchata de cada jornada.

0-0: Vuelve a cargarse de dudas el Xerez, incapaz de marcarle a un Elche con nueve


Al Xerez le faltaron ideas para terminar de rematar a un Elche herido de muerte que se quedó con nueve jugadores para disputar casi toda la segunda mitad. Pero ayer tampoco fue el día del equipo de Javi López, previsible, ramplón y sin sangre, que dejó escapar con vida a un rival tan castigado por el pésimo arbitraje como el propio cuadro azulino.
Lo curioso es que el Xerez debería dar por bueno el empate, no por cómo se produjo, sino por lo que se le veía encima ante un rival muy superior. Y es que mientras se midieron once contra once, quedó claro que los ilicitanos traían aprendida la lección. Ahogando con una buena presión la zona de creación local y abriendo el campo de par en par, al Elche sólo le faltó un arbitraje en condiciones para haberse llevado los tres puntos de Chapín.
A fuerza de ser sinceros, sobre del tapete de Chapín sólo hubo durante cuarenta minutos un equipo, el Elche, con más criterio en su juego y más mordiente en sus llegadas. No sólo se notó la diferencia de presupuesto entre uno y otro, sino que encima Bordalás le sacó los colores a López al ganarle la partida sobre el tablero.
En cuanto a oportunidades, si Bodipo tuvo la más clara para los visitante, José Mari también pudo marcar para los locales, pero no fue la noche de los delanteros.
A poco del descanso, la injusta expulsión de Verdés marcó el devenir del partido. El Xerez pareció no sólo querer más, si no que también parecía que podía, pero la llegada del descanso no despejó del todo las dudas.
En la reanudación, un error de Etxeita dejó con nueve a un Elche en estado comatoso. A la postre, la segunda expulsión ilicitana fue lo peor que le pudo pasar a los azulinos. Los alicantinos se encerraron atrás y las prisas llegaron demasiado pronto a un Xerez ansioso. Y ya se sabe, cuando se pone todo el corazón, pero la cabeza no piensa, pasa lo de ayer. Que se escapa con vida un rival que jugando con nueve tuvo las ideas más claras que el equipo de enfrente con once. Lo que son las cosas, la más clara ocasión de la segunda mitad la tuvo en las botas un jugador del Elche, Palanca, que rozó el gol jugando ya su equipo con dos jugadores menos.
También es de justicia admitir que si el colegiado hubiera visto un clarísimo derribo de Cordero en el área y el Xerez hubiera abierto el melón, a esta hora estaríamos hablando de una victoria cómoda de los xerecistas, pero no puede servir de excusa.
El Xerez se vuelve a cargar de dudas. Esperemos no echar de menos dos puntos que jamás debieron volar de Chapín.

martes, 18 de enero de 2011

ADIÓS A LAS TRES LETRAS


Después de dieciséis años y medio, me siento extraño en mis primeras horas sin ningún vínculo profesional con ABC. Esta tarde me han telefoneado desde la redacción de Sevilla para comunicarme que a partir de ahora serán los compañeros de La Voz los que cubrirán la corresponsalía del periódico en Jerez y en el resto de la provincia de Cádiz. Como la profesión está como está, mentiría si dijera que es algo que no veía venir.
No sabría muy bien cómo explicar lo extraño que me siento. Es algo así como cuando desconectaba cada Jueves Santo, cada 24 y 31 de diciembre porque al día siguiente no había periódico. La diferencia es que mañana, cuando amanezca, tendré que reprimir el nervio que, por inercia, tenía conectado al subconsciente para no bajar la guardia.
Lo primero que me ha venido a la mente han sido los nombres de los tres compañeros que durante estos años han simbolizado cada una de las letras del viejo y entrañable diario. Antonio Castro, Teresa Cárdenas y Paloma Cervilla han sido el ABC de una etapa clave en mi carrera profesional. Con ellos eché los dientes a mediados de los noventa en la inolvidable delegación de la calle Horno. A ellos les debo mi formación como periodista y de ellos aprendí lo poco, regular o mucho que sé.
Después de colgar con Álvaro Ybarra, director de ABC de Sevilla y al que tanto tengo también que agradecer, he hablado uno a uno con los tres. Quería compartir con ellos estos momentos, porque con ellos compartí también la alegría de ver publicados mis primeros artículos en el periódico con el que han desayunado las últimas cuatro generaciones de mi familia.
Nunca olvidaré la llamada de Antonio para encomendarme la información deportiva de la inolvidable edición de Jerez. Llegué a la delegación hecho un flan, y no os quiero contar cómo lo pasé cuando me dijo que le escribiera algo, lo que se me ocurriese, en una vieja máquina de escribir. Todavía no sé cómo, pero conseguí redactar una carilla que fue suficiente para pasar la prueba.
Con Antonio aprendí nada menos que a redactar, a darle el enfoque correcto a cada tema, a cada titular, a cada fotografía y a buscar las mejores fuentes. Pero sobre todo me enseñó el valor de la lealtad y la honradez en la profesión. De Teresa me influyó, sobre todo, su olfato y su habilidad para sacar punta de donde parecía que no se podía sacar nada. Y de Paloma, su compañerismo, su tenacidad, su pasión por el periodismo y su camaleónica facilidad para tocar todos los palos y para adaptarse a todos los retos.
Más tarde, tras un intento fallido de marcharme al ABC-Córdoba, llegó el efímero ABC-Jerez, donde aprendí a sacar un periódico muy digno con escasísimos medios y a echarle horas e ilusión a la profesión sin mirar el reloj. En un año duro, pero muy provechoso, puse en práctica lo asimilado durante un lustro.
Luego vino el cierre, y con él la frustración y el vacío. Pero comenzó otra etapa no menos interesante, la de corresponsal. Se abría ante mí la posiblidad de trabajar noticias para cualquier sección y compaginar la corresponsalía con otras ocupaciones, lo que me permitió regresar a la radio y a la televisión, primero con Onda Cero, y luego con la Cadena Ser, Localia y ahora UNA TV.
En fin, que me siento un poco huérfano y que lamento haber vomitado toda esta parrafada, que en cualquier caso me hace sentir un poco mejor. Además, creo que era de justicia hacerlo. Hasta siempre, amigos.

sábado, 8 de enero de 2011

LA CONDENA DE JAVI LÓPEZ


No hay vuelta atrás. Ni igualando los registros de Esteban Vigo en la temporada del ascenso, ni habiendo hecho funcionar un equipo prácticamente nuevo confeccionado con tres pesetas. Buena parte de la afición del Xerez tiene claro desde hace mucho tiempo su veredicto con respecto al entrenador Javi López, y ante ese dedo pulgar señalando hacia abajo mucho me temo que poco va a poder hacer el técnico barcelonés.
Como en su día ocurrió con Orúe, Alcaraz o Irulegui, su gran pecado es ser un tipo pausado, mesurado, trabajador y poco dado a hacer más aspavientos que los estrictamente necesarios. Y claro, eso pesa lo suficiente como para afirmar sin sonrojo alguno que el equipo está cuarto gracias a los jugadores y pese al propio Javi López. Vamos, lo contrario que cuando ascendimos gracias sólo a Esteban o estuvimos a punto de quedarnos en Primera gracias exclusivamente a Gorosito. Salvo en una tertulia en la que ambos coincidimos hace meses en la cadena Ser, nunca he tenido el gusto de chalar a fondo con el actual entrenador del Xerez, pero ese contacto fue suficiente para convencerme de la idoneidad de su contratación. Al preparador xerecista se le acusa, además de haber confiado en la honestidad sobre el campo y fuera de él de Rafa Barber, de no tener un patrón definido y de que su equipo no juegue a nada. Esta temporada llevo vistos varias decenas de partidos en Segunda división, y puedo decir que no hay ni un sólo equipo que me haya deslumbrado, ni me haya convencido. Viendo al mismísimo líder, el Betis, hace una semana ante el colista, se me caían las pestañas de puro sopor. La afición azulina se ha cargado esta campaña de razones con los más de 11.000 carnés que, contra todo pronóstico y de manera admirable, se retiraron de la secretaría el pasado verano, pero sigo pensando que es muy especial, y lo que es peor, muy complicada de llevar. Espero que este desmesurado grado de exigencia no se nos vuelva en contra.

martes, 4 de enero de 2011

2-3 El Xerez, letal en el intercambio de golpes, sale reforzado de Salamanca ante un rival directo


Le pegada del Xerez sigue reportándole pingües beneficios en forma de resultados. Anoche en El Helmántico, los de Javi López acabaron noqueando a un rival directo en la lucha por el ascenso gracias a un letal intercambio de golpes.
Los noventa minutos en Salamanca fueron un compendio de lo mejor y peor de este Xerez Deportivo. En un partido loco de atar, los azulinos se llevaron el mejor premio posible, pese a terminar jugando con uno menos tras una infantil expulsión de Luis Redondo.
El choque tuvo de todo. Para empezar, los jerezanos salieron con una empanada monumental que estuvo a punto de costarles ponerse detrás del marcador. Un Salamanca enchufado tuvo al ex azulino Sarmiento a su hombre más incisivo, pero Chema salvó los muebles.
Casi en su primera aproximación, el Xerez se puso por delante tras una brillante acción personal de Cordero. A partir de ahí, los andaluces ganaron en confianza y las dudas se cebaron con los castellano-leoneses.
Fue media hora para enmarcar la del equipo de Javi López. Con un juego de toque propio de un grande, el Xerez desarboló una y otra vez al Salamanca, pero la madera y Biel Rivas impidieron que los xerecistas pusieran tierra de por medio antes del descanso.
En la reanudación, el Xerez dio un paso átrás que el Salamanca no desprovechó con cinco minutos de inspiración en los que le dio la vuelta al resultado.
Pero estaba de Dios que los visitantes no podían marcharse de vacío y Sito cabeceó en propia meta un servicio de Capi para restablecer la igualada. Pese a jugar con diez, el Xerez buscó más y lo encontró tras una buen remate de Óscar Díaz.

lunes, 3 de enero de 2011

NI PARA PIPAS


No seré yo quien ponga en tela de juicio la valía profesional de la jueza Nuria Orellana y de los administradores concursales del Xerez, Jesús Rodríguez y Antonio del Puerto. Me consta que dentro su ámbito son personas de una cualificación intachable, además de una probada capacidad, demostrada desde hace años.
Sin embargo, dentro de lo poco que uno puede saber de fútbol, me temo que, dicho en tono coloquial y con el mayor de los respetos, son unos auténticos zoquetes en materia deportiva.
No hace mucho hablé con Jesús Rodríguez y me tranquilizó cuando me reconoció que el gasto en fichajes en el mercado de invierno no había que tomarlo como una inversión, en caso de que sirviera para alcanzar el objetivo del ascenso.
Al final, los apenas 200.000 euros brutos autorizados para tratar de contratar a los dos refuerzos no ha hecho sino aumentar mi sorpresa. No hay que tener un máster en dirección deportiva ni llevar toda la vida en la secretaría técnica de un club medio qué para saber que, si bien esta cantidad sería muy respetable para cualquier profesión, y más con la que está cayendo, no es más que calderilla en el tremendamente bien retribuido mundo del balompié. Vamos, que no da ni para pipas.
Las intenciones de Viqueira pasaban por hilar fino y apostar sobre seguro con la llegada de un goleador contrastado y de un zaguero de probada valía como Leando Gioda, que se salió el pasado año como cedido.
La cosa, según tendo entendido, no iba mal encaminada, pero visto lo visto, Viqueira habrá pensado que, en el mejor de los casos, con ese dinero a lo máximo que podremos aspirar es a reforzarnos con futbolistas inéditos que le sobran a equipos que, por muy amigos que sean, no dejan de estar en el furgón de cola de Primera. Y eso sí que podría ser un gasto innecesario.
No dudo que, después de tanto expolio, por fin la sensatez y la prudencia han llegado a la gestión del club. Si bien no estaría de más recurrir de vez en cuando al sentido común, porque en fútbol, y aunque suene manido, dos y dos no siempre suman cuatro.