martes, 28 de abril de 2009

Más ayuda desde el Cielo


Me cuentan que te has ido, en paz y rodeado por los tuyos, a las cuatro y media de la tarde. ¡Faltaría más, Juan! No ibas a dejar este mundo sin escuchar la última hora del equipo de tus amores. La que cada día oías con atención en los programas de Manolo Morales, Pedro Alemán y Carlos Gonzalo.

Estoy seguro de que, a pesar de tu estado de inconsciencia, esperaste a que se apagasen los micrófonos de la tertulia de "Ser deportivos" para entregarle el alma al Padre.

Pero, conociéndote un poco, seguro que te has sido a regañadientes, sabedor de que lo que llevabas esperando más sesenta años está a punto de consumarse.

Te has perdido el broche a esta historia de amor tan bonita. Sí, Juan, la eterna luna de miel con tu Xerez del alma. La que te llevó a patearte España entera, en tu inolvidable Mercedes verde, detrás de una ilusión que, mira por donde, ahora va a cristalizar en el sueño más hermoso.

Me vienen a la memoria momentos, imágenes, lo habitual cuando te enteras de que alguien a quien aprecias se ha marchado para siempre. Recuerdo ahora tus inseparables pastillas para la tensión antes de los partidos; la última vez que mi querido Ramón Molina y tú, como miembros de la "Tertuia Xerecista" me invitásteis al sótano del Restaurante El Bosque para hablar de lo que más nos apasiona; de tus desvelos cuando más enconada estaba la cosa con Oliver y Gil Silgado -por eso te insistía que lo de ahora de Morales es el cuento de Caperucita-...

Si no tuviera el convencimiento de que esta vida es sólo un tránsito a otra mejor, te diría que te vas en el peor momento. Pero créeme, el abono definitivo que acabas de sacar no tiene desperdicio. Pregúntale si no, ahora que puedes, a Rafa Maraver o a Manolito Mesa.

Un abrazo y hasta siempre.

3 comentarios:

Miguel Ángel Borrego Soto dijo...

Querido Eugenio,
mi más sincera enhorabuena por esta entrada de tu blog, más porque me emociona especialmente. Me acuerdo mucho de mi padre estos días que, lamentablemente, en vida no va a ver al Xerez en primera conmigo en la grada de Chapín. Sé que como tantos xerecistas ya fallecidos están dando su ayuda desde lo más alto.
Por cierto, mi padre era buen amigo de Miguel Doña que se encuentra bastante pachucho en el hospital. No sé si Miguel verá al Xerez en Primera o se dará cuenta del asunto. Está bastante fastidiado el hombre, al que el Xerez ni siquiera homenajeó tras su saida por la puerta de atrás de las taquillas de Chapín. En fin. Mi enhorabuena de nuevo.

Anónimo dijo...

Muchas gracias, Miguel Angel. La verdades es que te sientes impotente cuando ves a gente mayor marcharse sin poder haber visto, por poco, cumplida una de sus mayores ilusiones. Por eso voy a dedicarle unas líneas a Miguel en el artículo del sábado en La Voz. Un abrazo.

Miguel Ángel Borrego Soto dijo...

Gracias a ti