sábado, 25 de abril de 2009

Diego, no me jodas


Perdonen la expresión, porque me consta que este modesto blog también se lee en horario infantil, pero es el titular más original que se me ha ocurrido para encabezar este artículo.
La jugosa frase que se marcó Jesús Mendoza a mediados de esta semana -"Conociendo a Diego Rodríguez, estoy seguro de que vendrá a jodernos"- está dando mucho que hablar.
El de la barriada Federico Mayo no es precisamente dado a gastar las pilas de las grabadoras en sus comparecencias ante la prensa, más bien al contrario. Pero cuando habla, sentencia.
No sé cómo habrá encajado la frasecita en cuestión el ex director general deportivo, pero conociendo un poco al personaje, se habrá marcado una media sonrisa y habrá asentido con la cabeza.
No hay que ser mal pensados, el comentario del "cabeza", como cariñosamente le conocen en el vestuario, no tiene la menor intención de ofender. Más bien de avisar sobre el espíritu competitivo y el orgullo del técnico tinerfeño, al que recuerdo haber visto perder los papeles en un "bolo" entre personal del Xerez y un combinado de periodistas -¡qué tiempos!- no hace tantos años.
Como acicate, la salida del ex internacional hace tres años. Por la puerta de atrás, y sin despedirse.
Diego vino de la mano de Morales como hombre de confianza para su proyecto. Pero pronto sus desaciertos desde la secretaría técnica le fueron restando credibilidad. Al cuarto componente de "Los Chichos", como le conocíamos algunos cariñosamente, se la metieron doblada sus viejos "amigos" del Albacete y el Ciudad de Murcia, con los fichajes de los Jorge Cordero, Monteagudo, Simeón, Basti o Lawal, que yo recuerde así a bote pronto, por no citar a los Lekic, Raúl Molina...
La llegada de un hombre fuerte y con contactos para la dirección deportiva se imponía, y tras cubrirse el expediente la temporada siguiente gracias a Lucas Alcaraz, llegó Antonio Fernández Marchán como director deportivo con autonomía propia.
Era el retiro soñado por Diego Rodríguez, quien tenía que limitarse a lucir palmito por los palcos de Segunda los fines de semana, seguir machacándose en el gimnasio de Gervasio de lunes a viernes y cobrar la morterá a fin de mes. Pero algún interesado le calentó la cabeza, que no era difícil por el temperamento del personaje, y comenzaron los problemas con la "bicefalia" deportiva, que enrareció el ambiente y llegó a pasar factura a la trayectoria del equipo
¡Ay, qué torpe Dieguito! Otra vez más no mediste y entraste al trapo con una embestida larga que te devolvió a los chiqueros del olvido y la indiferencia. Demasiado para una leyenda, un emblema vivo dentro del fútbol español.
Total, que a empezar de cero gracias a la caridad de Del Nido, y a preparar jugadores del Sevilla C para el filial de Segunda. A juzgador por los resultados, no te debe haber ido muy bien, ya que el Sevilla Atlético descenderá matemáticamente esta tarde en Chapín -vamos Diego, no me jodas- y eso impedirá al C promocionar para subir a Segunda B. Total, un lío. Y mientras, Rondán sacando pecho, con toda España de testigo, por ser el primer secretario técnico que va a subir al Xerez a Primera, y Fernández Marchán, de segundo de Hierro en "La Roja" -casí "ná"-. Le duela a quien le duela. Quién te ha visto y quién te ve.

1 comentario:

Miguel Ángel Borrego Soto dijo...

Buenísima entrada, Euenio, enhorabuena.