viernes, 3 de octubre de 2008

Iconos del xerecismo


La elaboración de la serie "Iconos del xerecismo" para Localia me está permitiendo adentrarme en la memoria histórica del Xerez. Se trata de una experiencia agridulce. Dulce, porque el reencuentro con los que fueron nuestros ídolos deportivos de la niñez es siempre gratificante. Mucho más si comprobamos que, salvo con algo menos de pelo y un poco más de barriga, se mantienen como les recordábamos.
Volver a estrechar la mano de los Choquet, Martínez Beas, Antonio Benítez, Del Pozo, Rivas, Pozo, Recio o Valencia -y espero que sean muchos más- ha sido un verdadero placer para quien suscribe.
Es como ver resurgir de sus cenizas al viejo Domecq, contemplar las galopadas por la banda de Diánez, rememorar el genio con el balón de Eloy, revivir los paradones de Recio, la clase de Ravelo, el pufo del "Pantera" y el pundonor de Perdi.
Pero he de hacer especial hincapié en la sensación amarga que me queda tras estos encuentros. En casi todos los casos he notado, muy en el fondo del inmenso cariño que sienten por el color azulino, un cierto amargor por el olvido. Décadas después, no han tenido la oportunidad de poner su impagable experiencia al servicio.
Llegaron, lo dieron todo, se marcharon sin hacer ruido y se hicieron pequeños. Casi a la par, aumentaba la leyenda de un club que ha ido a más, por lo menos en reconocimiento deportivo. Lo de ellos fue sudar la camiseta y partirse la cara por el escudo que defendían en un tiempo en el que el fútbol no había derivado en la jungla que es ahora de mercenarios, mangantes, especuladores y trepas.
Tras ellos vinieron los Pacheco, Oliver, Silgado, Morales y su cohorte de tecnócratas ignorantes de un pasado que alimentó los sueños de miles de xerecistas. Todavía estamos a tiempo de aprovecharnos de la experiencia de esos iconos del xerecismo. Que así sea.


(Foto: Rafael Romero Tarrío.

En el campo de Betis, con Valencia, Rivas y Pozo)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mira con que blog me tropiezo mientras naufrago por la red! Desconocía que te quedasen ganas para encima hacer de blogger, ahora que lo sé, lo visitaré de tanto en tanto a ver que nos cuentas por estos mundos de Bill Gates, un cordial saludo de tu control favorito.