sábado, 12 de diciembre de 2009

Vendío está


Si lamentable, poco seria y nada profesional ha sido la última etapa de Joaquín Morales como dueño del Xerez, su salida por la puerta de atrás del club está siguiendo los mismos derroteros. Claro que antes habrá que verificar si se confirma su marcha. Después de tanto amago sin golpeo, hasta que no vea la firma ante el notario no daré nada por cerrado. Aquello de "vendío está", "mi palabra es ley" o "mi mano vale más que un notario" perdió toda credibilidad cuando Garrido primero, Nuchera después y últimamente Rodríguez de Rivera, fueron durante unas horas dueños del club hasta que Morales dijo digo donde antes era diego.

Lo de anteayer no es más que el vivo reflejo del esperpento en el que el Xerez se encuentra sumido. Morales confirma la venta oficiosa por teléfono a los periodistas, pero lejos de convocar una rueda de prensa o hacer público un comunicado dando oficialidad al asunto, se reune durante cinco horas en Dos Hermanas con los peñistas, aquellos a los que recientemente lanzó un órdago para que les comprara sus acciones y a los que ha dejado tirados de mala manera.

Por más que lo pienso, no entra en mi cabeza que algo parecido pueda ocurrir en alguno de los 19 equipos restantes de la Primera división. Que después de veinticuatro horas supiésemos hasta los güisquis que el personal se metió entre pecho y espalda durante la romería de Dos Hermanas, pero ni un sólo dato del presunto grupo comprador argentino es, cuanto menos, para poner en cuarentena lo del traspaso de poderes. Al menos hasta que no lo vea por escrito.

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