domingo, 17 de agosto de 2008

Don Federico, un ejemplo

(Publicado en La Voz el 16 de agosto)
En estos tiempos que corren dentro del xerecismo, sin referencias ni caminos claros que seguir por parte de los que -muy a su pesar- mandan todavía, el ejemplo de personas tan grandes como discretas debe ser dado a conocer.Me enteré por casualidad el otro día que el socio número 1 del Xerez Club Deportivo, don Federico Abrines López, venciendo a las altas temperaturas y al pesimismo generalizado (perfectamente entendible, por otra parte) se personó en la secretaría de Chapín, con sus dignísimos ochenta y pico años a cuesta, para renovar su carné, el de su hijo Federico y el de su nieto Fede. En un verano en el que no hemos dejado de escuchar y de leer en los foros eso de "a mí no me engañan otro años más", "hasta que no se vaya Morales y hagan un equipo en condiciones que no cuenten conmigo" o "si el equipo no me convence no me lo saco", el ritual del patriarca de los Abrines es toda una bocanada de aire fresco, un ejercicio de amor a un club que, aunque muchas veces nos olvidemos, está por encima de las personas, de los momentos y de las circunstancias. No recuerdo haberle oído nunca una mala palabra hacia ninguno de los últimos presidentes, y miren que ha tenido motivos y le han sobrado oportunidades. Hasta un empleado de Oliver le dejó un pufo en la tienda familiar que nunca pudo cobrar.Para mí que, como buen cristiano, eso de poner la otra mejilla lo tiene grabado a fuego, aunque no sé yo si todos los xerecista actuaran como él estaríamos a estas horas en el infierno. De todas formas, condenados al fuego eterno como estamos, no es que nos vaya mejor en este interminable paso por el purgatorio Y no es que el bueno de don Federico emplee la estrategia de la avestruz o se tape los ojos con la bufanda azul, como leía el otro día a Ramón Molina, al que tanto aprecio desde hace años por su xerecismo sincero y verdadero. Lo del actual socio número 1 es una cuestión de fidelidad, lealtad, sentimiento...El hombre sufre por dentro los lamentables episodios que a lo largo de su historia le ha tocado vivir a su Xerez de sus amores. Pero cada temporada, esté quien esté, mande quien mande y se deba lo que se deba, don Federico ofrenda su xerecismo callado que ya ha transmitido a otras dos generaciones.Dios quiera que lo consiga con muchas más... y que dependa sólo de su actual salud de hierro.Mientras muchos correrán como despavoridos para sacarse el abono en cuando Morales venda, más de 4.000 han demostrado ser verdaderos xerecistas. Ya cunde el ejemplo del socio número 1. Enhorabuena.

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