sábado, 13 de febrero de 2010

Verano del 88


No olvidaré nunca ese verano. Después de mucho tiempo, nos habíamos mantenido en la división de plata por segundo año y casi tocábamos el cielo con las manos. Resignados a ser un club ascensor, de la mano de Irulegui empezamos a hacernos respetar.
Sólo el amargo sabor de tener que dejar el estadio de toda la vida, el viejo Domecq, empañaba una campaña para enmarcar.
A finales de junio, un mitin internacional de atletismo servía de bautizo de fuego para un nuevo y moderno estadio. Sin embargo, el plato fuerte estaba por llegar. El 24 de agosto inaugurábamos Chapín para el fútbol nada menos que ante el Real Madrid de la "Quinta del Buitre".
Auque la inauguración de un campo de fútbol siempre es un acontecimiento, los madridistas se lo tomaron como un trámite, poniendo en liza un equipo de suplentes sin los Míchel, Martín Vázquez , Hugo Sánchez, Sanchís, Gordillo o Camacho.
Era lo de menos. El sólo hecho de medirnos al mejor equipo de todos los tiempos suponía algo extraordinario, irrepetible si tenemos en cuenta que ni soñábamos coincidir alguna vez con los merengues en liga.
Pero casi veintidós años después llegó el momento. En esta ocasión el Madrid tirará de su once de gala con el campeonato en juego. Además, Chapín será el centro de todas las miradas por el regreso de Cristiano Ronaldo tras su polémica sanción.
En todos estos años, el Madrid ha seguido creciendo a base de títulos. Pero el Xerez, a su forma, también. Ya no somos el equipo ascensor Segunda B a Segunda y viceversa. Y aunque organizativamente queda mucho camino que recorrer, la afición y la institución han alcanzado por fin la madurez. Parece mentira, pero hoy el título de liga pasa por Chapín.

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