Lopera, manque pierda

Hacía ya tiempo que no sacaba la lengua de paseo el polémico propietario del Real Betis, Manuel Ruiz de Lopera. Pero esta vez no lo ha hecho para presumir de haber salvado a un moribundo de la UVI y haberlo llevado a la UEFA. Eran otros tiempos. El empresario, vista la espiral de autodestrucción en la que involuntaria y torpemente ha sumido a todo el beticismo, la emprende ahora con los modestos del balompié nacional. Entre ellos con un Xerez que, por poco que le parezca, hizo los deberes, y muy bien por cierto, el pasado ejercicio. Todo lo contrario que sus caprichosos, acomodados y bien retribuidos futbolistas, que el verde que más sienten no es precisamente el del escudo de las trece barras.

Dice Lopera que la plantilla actual del Betis es mejor que la de al menos quince clubes de Primera, que digo yo que están donde están por méritos propios, al igual que el conjunto de Heliópolis.

No demostraron ser tan fieros los verdiblancos en una última campaña para olvidar, en la que el autoritario mandamás, más desconfiado y enloquecido que nunca (que ya es decir), tiró por la borda el poco sentido común que le quedaba, y otra vez a golpe de talonario sin medida, quiso recuperar la estela perdida con su eterno rival y vecino. Pero olvidó que ambas entidades, otrora rivales, están ya en las antípodas del fútbol por mor de su gestión.

Para colmo, al único empleado leal que le quedaba, mi admirado y siempre incomprendido Paco Chaparro, se lo cargó en una decisión tan cargada de esquizofrenia como de de poco sentido común que supuso el principio del fin del Betis en Primera.

El dedo en la llaga lo puso esta semana Antoñito, que sacó todo el sevillismo y el xerecismo que lleva dentro, para retar al "Súper" Betis de Lopera a igualar los números del último campeón de Segunda, un Xerez que con 82 puntos calló las mismas bocas que pretende hacer este año en Primera. De momento, la del Betis no dirá ni chitón. Otra vez será.