sábado, 26 de febrero de 2011

El enemigo en casa


CUANDO escribo estas líneas aún no ha comenzado el Tenerife-Xerez, pero el resultado poco va a variar mi reflexión en voz alta de esta semana.

Sin contar con el partido de anoche, el Xerez suma como visitante casi las mismas victorias que como local. En casa el equipo juega anormalmente tenso, inseguro e incómodo, pero cuando se suelta y da lo mejor de sí es lejos de Chapín.

Con una afición que suma más de 11.000 socios y una entrada en Chapín cada quince días que rara vez baja de los 10.000, resulta paradójica esta situación, máxime cuando los hombres de Javi López están manteniendo una trayectoria bastante regular.

Que el equipo no está a gusto en su propio feudo lo denotan no sólo los números, si no las dudas que desprende ante un rival que se queda con nueve o cuando le expulsan a un jugador, como se vio hace una semana ante el Córdoba con un público implacable como testigo.

Si esta circunstancia se repitiese como visitante, estaríamos hablando de un rival que, dada su debilidad moral y su falta de confianza, se debatiría en la lucha de mitad de la tabla para abajo. Pero no es el caso. En el Helmántico, sin ir más lejos, le dio la vuelta al resultado jugando con diez. Y en el Cartagonova supo mantener la ventaja durante veinte minutos tras otra roja innecesaria a Lombán.

El Xerez ha dado lo mejor de sí este campeonato en Tarragona, Sevilla, Las Palmas, Salamanca o Cartagena, pero en casa sólo recordamos algunos ratitos buenos ante Valladolid y Barça B, y pare usted de contar. ¿Por qué será?.

Sabida es la aversión de buena parte de la sabia grada de Chapín hacia Javi López, un técnico que guste o no, fue el elegido por Viqueira para, una vez amarrada la permanencia, pelear por objetivos más ambiciosos. Salvo que el club tenga un plan B que se me escape, me consta que ni hay dinero ni ganas de satisfacer la demanda social, de modo que la presión que se traslada del graderío al banquillo y de ahí al terreno de juego, se me antoja estéril, además de exagerada.

Despojar a la afición del espíritu crítico podría resultar tan negativo como su excesiva beligerancia, pero no está de más recordar que del buen papel en Chapín dependió hace tres temporadas poder escapar del descenso a Segunda B y, un año después, lograr el inolvidable ascenso a Primera. ¿Merece la pena seguir teniendo al enemigo en casa?

domingo, 20 de febrero de 2011

1-3: El Xerez no se sobrepone a la expulsión de Lombán y acaba a placer del Córdoba


Tenía muy buena pinta el arranque de partido del Xerez, llegando incluso los azulinos a adelantarse en el marcador tras un golazo de Mario Bermejo que, a fuerza de ser justos, contó con la inestimable colaboración del meta cordobesísta.
Con el encuentro bien encarrilado, un error garrafal de Lombán dio lugar a su expulsión y el choque ya no fue el mismo. El ex valencianista no debe haberse enterado aún que hay zonas del campo en las que está prohibido jugar el balón y Charles, otro de los protagonistas de la contienda pero por el lado positivo, se aprovechó de la pifia.
Quedarte con uno menos no deja de ser una faena en cualquier circunstancia, pero al Xerez de ayer hay que reprocharle una y mil veces que no supiese gestionar nunca la mínima ventaja que contaba.
Con diez dio la impresión de que al equipo de Javi López se le fundieron los plomos y en los minutos siguientes a la expulsión fue un juguete roto en manos de un Córdoba que no fue nada del otro mundo, pero sí muy práctico, todo lo que no fue el Xerez semanas atrás ante un Elche con nueve.
Sinceramente, en los instantes de desconcierto tras la roja al defensa central eché en falta una prolongación del técnico en el terreno de juego. Con Bruno y Cordero escondidos, el equipo era un manojo de dudas y de nervios. Y así nos fue. Hasta que Capi no entró en escena, veinte minutos después de todo esto, no tuvieron claro su rol los jugadores, y ahí Javi López tiene mucho que explicar, porque la falta de comunicación desde el área técnica fue evidente.
De todas formas, no hay que reprochar sólo al entrenador la caída empicado de un equipo que vuelve a suscitar muchas dudas entre sus aficionados, sobre todo cuando se le presenta cualquier circunstancia anómala durante el partido, ya sea en contra o incluso a favor. Y así no vamos a ningún lado.

sábado, 19 de febrero de 2011

Amnesia colectiva (publicado hoy sábado en Diario de Jerez)


EL otro día, en una tertulia televisiva, escuché a un señor que llamaba para decir que si el Xerez tenía 38 puntos es porque José Mari le ha dado 25 con sus goles, y que mejor que no se lesionara porque el equipo no tiene un recambio de garantías.

Que el sevillano está cuajando una de las mejores temporadas de su carrera es algo tan obvio como que su calidad está muy por encima de la media de la categoría. Pero tan real como que sin el trabajo y el acierto de sus compañeros y la confianza que siempre le ha brindado Javi López, el ex internacional hubiera seguido pasando desapercibido en el ocaso de su carrera en equipos de tercera línea.

Lo que me molestó no fue el elogio excesivo e injusto, sino la amnesia del interlocutor al no reparar en la presencia en el banquillo, la grada o la enfermería del jugador más honrado y rentable que jamás vi en este club. Cuando lo fichó el denostado Miguel Ángel Rondán al final del mercado de verano de 2008, de Mario Bermejo se dijeron las mismas barbaridades que cuando Emilio Viqueira apareció en Chapín del brazo de Capi o del propio José Mari hace unos meses. Que venía para arrastrarse y llevárselo calentito. En cualquiera de los tres casos sobran más comentarios a la vista de los resultados.

Luego vinieron los goles decisivos del ascenso y los que nos permitieron mantener intactas las esperanzas hasta la fatídica tarde en Pamplona.

Por mucho que la amnesia colectiva quiera imponerse y por más que el 'run run' de la grada dudara hace una semana en Chapín que pueda volver por sus fueros, el 'nueve' cántabro está escribiendo las páginas más brillantes de la historia del club. Seguramente, las de esta temporada muy a su pesar, porque tras negársele su salida en verano puede que nunca más tenga la oportunidad de jugar entre los grandes.

sábado, 5 de febrero de 2011

1-0: Otro gol de José Mari permite al Xerez sumar la segunda victoria seguida y lanzarse a la caza de los dos primeros

El undécimo gol de José Mari en Liga sirvió al Xerez para sumar el segundo triunfo consecutivo ante otro rival directo en la parte alta de la tabla, un Barcelona B al que le costó meterse en el partido, pero que cuando lo hizo demostró porqué es el filial del mejor equipo del mundo.
Los de Javi López cimentaron la suma de tres nuevos puntos en una primera mitad para enmarcar. Tras una primera fase de tanteo en la que xerecistas y barcelonistas escondieron sus cartas, fue el Xerez el primero que aprovechó las pocas fisuras que ofrecía el partido. Primero con un testarazo de José Mari que no subió al marcador por una rigurosa falta previa sobre Fontás. Después, con otra nueva conexión Pablo Redondo-José Mari que volvió a ser letal para la zaga adversaria. El primero abrió al hueco al segundo, que batió por bajo a Miño.
El Barça B apretó algo más tras el gol, pero el Xerez controló en todo momento la situación, gracias en buena parte al estado de gracia que demostraron Capi, Óscar Díaz, José Mari, Raúl Llorente o Pablo Redondo, muy participativos en el primer acto.
Tras el descanso, el Xerez pareció acusar el esfuerzo de los primeros cuarenta y cinco minutos. Fue cuando el filial azulgrana comenzó a tocar más, sin desesperarse, y a esperar sus opciones.
Pero no fue hasta la salida de Nolito, a la hora de partido, cuando el partido se rompió del lado visitante. En el primer balón que tocó, el sanluqueño rondó el gol, pero Chema estuvo inmenso durante toda la noche, salvando a su equipo con tres intervenciones de mérito.
La pesadilla azulina tuvo nombre propio en el habilidoso extremo. Los cambios metieron más aún al Barça B en el partido, mientras que la entrada de Mario Bermejo no mejoró el juego local.
Transcurrían los minutos y el empate barcelonista parecía estar más cerca que el segundo gol jerezano. A pesar de no tener continuidad en su juego, los azulinos también tuvieron sus opciones, siempre desbaratadas por un Miño que salvó dos buenos remates de Óscar y Leando, y que vio cómo un testarazo de Mario se marchaba lamiento el poste.
Con el tiempo cumplido, Oriol perdonó el empate al intentar controlar con la cabeza lo que parecía un claro remate a gol.
Con 38 puntos y un partido más, el equipo de Javi López sigue poniendo tierra de por medio respecto a sus perseguidores y se lanza a la caza de los dos primeros puestos de ascenso directo.