Joaquín Morales no vende. El empresario de Dos Hermanas se ha cobrado esta semana su enésima víctima. Otra vez agua, y eso que la cosa parecía ir por buen camino. Al final, los mismos argumentos. Que si el propietario no tiene intención de vender, que los números del club no están claros...
Total, que a mes y medio para el comienzo de la temporada más ilusionante en la historia del Xerez, la desazón vuelve a apoderarse de todos.
Y es así porque Morales no transmite ni ilusión, ni credibilidad, ni confianza, ni seguridad. El mandatario azulino se ha quedado de nuevo solo en la cúpula de la entidad, pero poco debe importarle, habida cuenta de su forma de llevar el club, presidencialista y autoritaria.
Mal nos van a ir las cosas si no hay alguien que meta en vereda al que, guste o no, es el dueño actual del Xerez. De momento, la incertidumbre institucional se proyecta hacia el exterior, con el daño que esto supone en pleno mercado de fichajes y a las puertas de una campaña de abonados.
Igual Morales no ha reparado en esto, porque su objetivo desde que llegó a Jerez es otro bien distinto, por muchos besos que le de al escudo de "su" club y mucho que botara en la tribuna de Chapín el día del ascenso, pero el ejemplo del Betis debe cundir para saber al menos cómo no hay hacer las cosas en la máxima categoría del fútbol español.
Leo hoy en Diario de Jerez que el llamado "grupo de Jerez" toma posiciones para intentar desembarcar en el consejo, y que mañana lunes habrá una toma de contacto. Como si es el "grupo de Pernambuco", pero bueno sería que fuera entrando savia nueva en la cúpula de un club cuya cabeza visible no está sabiendo estar a la altura de las circunstancias.
La Primera división son palabras mayores. Ya está bien de jugar al PC Fútbol.
Total, que a mes y medio para el comienzo de la temporada más ilusionante en la historia del Xerez, la desazón vuelve a apoderarse de todos.
Y es así porque Morales no transmite ni ilusión, ni credibilidad, ni confianza, ni seguridad. El mandatario azulino se ha quedado de nuevo solo en la cúpula de la entidad, pero poco debe importarle, habida cuenta de su forma de llevar el club, presidencialista y autoritaria.
Mal nos van a ir las cosas si no hay alguien que meta en vereda al que, guste o no, es el dueño actual del Xerez. De momento, la incertidumbre institucional se proyecta hacia el exterior, con el daño que esto supone en pleno mercado de fichajes y a las puertas de una campaña de abonados.
Igual Morales no ha reparado en esto, porque su objetivo desde que llegó a Jerez es otro bien distinto, por muchos besos que le de al escudo de "su" club y mucho que botara en la tribuna de Chapín el día del ascenso, pero el ejemplo del Betis debe cundir para saber al menos cómo no hay hacer las cosas en la máxima categoría del fútbol español.
Leo hoy en Diario de Jerez que el llamado "grupo de Jerez" toma posiciones para intentar desembarcar en el consejo, y que mañana lunes habrá una toma de contacto. Como si es el "grupo de Pernambuco", pero bueno sería que fuera entrando savia nueva en la cúpula de un club cuya cabeza visible no está sabiendo estar a la altura de las circunstancias.
La Primera división son palabras mayores. Ya está bien de jugar al PC Fútbol.
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