Todavía no ha empezado a rodar el Xerez con una plantilla que, otro año más, cabría entera en un monovolumen y ya se están produciendo los habituales roces entre el club y el Ayuntamiento.
Esta vez lo que ha destapado la caja de los truenos es la falta de campos de entrenamiento debido a la disputa de la Copa de la Paz, que tiene a Jerez como una de sus sedes, por si todavía no lo saben.
Desde el club no entienden cómo un equipo de Primera división puede comenzar la pretemporada sin un terreno de juego donde trabajar, mientras que el Ayuntamiento culpa a los gestores xerecistas de falta de previsión, ya que hace un año sabían de la disputa de este torneo en Chapín.Sin entrar a valorar quién tiene razón y quién deja de tenerla en este asunto -el que la lleva la entiende-, sí me sorprende que ni el ascenso a Primera ni la enorme alegría que se desencadenó en torno al Xerez hayan servido para acabar con las malas relaciones históricas entre ambas instituciones, y que tanto les perjudican.Pensaba, ingenuo de mí, que el "overbooking" de políticos en el palco, cuando ya estaba casi todo el pescado vendido en los últimos partidos en casa, iba a servir para enterrar el hacha de guerra. Suponía yo, ay iluso, que todo el esfuerzo realizado por el gobierno municipal en forma de calles, plazas y minotauros engalanados, para no quedarse fuera de la foto del ascenso iba a abrir una nueva etapa en las relaciones Ayuntamiento-club.
Pues nada, mi gozo en un pozo. A las primeras de cambio, un torneo menor que disputarán equipos cuyos nombres, salvo el de la Juve, no sabemos ni cómo se pronuncian, va a alterar el comienzo del trabajo de una plantilla que, en el peor de los casos, va a pasear el nombre de la ciudad por los cinco continentes durante los próximos nueve meses.
Pero no pretendo erigirme en juez de nada ni de nadie. Simplemente, que me ha venido a la mente ese turista que se extravió de la expedición y tras varias horas perdido entre dunas y el borde de la muerte por deshidratación, se topó con un beduino, quien en vez de darle de beber, le dio un polvorón. ¿Me siguen?.
1 comentario:
Jejejejeee... guay lo del polvorón y el desierto. Aquí creo que está claro quién tiene la culpa: el Xerez. Por que cuando el equipo debería estar haciendo su pretemporada como Dios manda resulta que se tiene que quedar en Jerez por falta de efectivos y atrasar la pretemporada 10 ó 12 días. Así que. sin que srva de precedente, "gallifante" para el Ayuntamiento y a joderse toca.
PD: ¿Qué pasa con la Juventud? ¿No lo ofrecen unos o no lo solicitan otros?
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