En el filo de la navaja

Imaginación al poder. Con esta máxima, y muy poquitos recursos, tomaron un día las riendas de la secretaría técnica del Xerez Miguel Ángel Rondán y Antonio Poyatos, dos ex futbolistas azulinos sin apenas experiencia en los despachos. Desde que regresaron al club que les hizo profesionales del balompié, ni uno ni otro han recogido los frutos de lo sembrado, que han sido muchos y buenos. En cambio, zancadillas y puñaladas traperas no les han faltado.

Será el sino de este par de ingenuos que quizás imaginaron que no iba a ser difícil ser profetas en Jerez habiendo nacido en San José del Valle y Torremelgarejo. Sin apenas tiempo para saborear las mieles del triunfo reciente, y dedicar de paso un par de cortes de manga, a Rondán y Poyatos les vuelve a tocar bailar con la más fea. Con toda la presión del mundo, sin marger de error y unos recursos económicos de auténtica risa para la "Liga de las Estrellas", el tándem prepara con más cautela que nunca otro "milagro". Como en el circo, apelan al más difícil todavía, pero esta vez la altura da vértigo y la red no transmite mucha seguridad.

Lo que más me inquieta no es que tengan que trabajar otro verano más en el filo de la navaja. Al fin y al cabo, siendo sensatos, al Xerez no le queda otra que esperar. Y aunque dicen que el que espera no desespera, es el club el que debe adaptarse al mercado. Me preocupa más que el dueño, Joaquín Morales, no haya escarmentado tras los sonoros fracasos de Lekic o Amaral. El de Dos Hermanas siguen jugando a director deportivo en sus viajes a Sudamérica. Desconozco si lo que cuentan los diarios deportivos argentinos -que colocan a la mitad de la liga argentina en la órbita del Xerez- es la mitad de la mitad de lo que hay, pero por si acaso bien haría el consejero delegado en estarse quietecito y encomendar toda la gestión de fichajes a la varita mágica de Rondán y Poyatos. No vaya a ser que por ir a por lana salgamos todos trasquilados.

Pie de foto: Gioda, uno de los tres refuerzos que ha llegado hasta ahora