No le doy mucha más importancia al suceso porque entiendo que se trata de un error propio de principiante y, porque conociendo al protagonista, estoy seguro de que lo habrá cogido al vuelo y habrá aprendido sobre la marcha. Me refiero al roce que, en plenas vacaciones navideñas, han tenido el entrenador del Xerez, Esteban Vigo, y el recién estrenado presidente, Joaquín Bilbao. Es el primero, y a buen seguro vendrán más, porque ya se sabe que la convivencia y el roce traen estas cosas. Pero como creo que es pronto aún para empiecen a surgir las desavenencias, me permito la licencia de recomendarle al flamante presidente (al entrenador no porque no es precisamente nuevo en esto) que se deje aconsejar por los que saben de esto y que haga ya por poner en común un discurso oficial sobre asuntos más o menos importantes del que no se salgan consejeros, técnicos ni jugadores. Ya sé que no debe ser fácil en una gran familia, como la xerecista, en la que cada cuál es de su padre y de su madre. Pero qué menos que presidente y entrenador hablen el mismo idioma. No parece haberle caído muy bien al "Boquerón", que lleva meses apelando al trabajo y a la humildad y tratando de bajarle los humos al vestuario y a la grada, que de buenas a primeras se despache el "presi" hablando del Xerez como si de un Zaragoza, un Hércules o una Real se trataraPorque lo que puede parecer una idiotez sobre si llamarle al niño permanencia o ascenso, puede pasar a mayores más adelante cuando ambos tengan que pronunciarse sobre temas de mucho mayor calado para el clubA Joaquín Bilbao, al que creo conocer algo, le pierde todavía su incontinencia verbal y su exceso de sinceridad. Que está bien que como aficionado expresase su opinión libremente, pero es que ahora, además, habla el presidente del Xerez. Y eso son ya palabras mayores.
(Foto: xerezcd.com)
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