Pues sí. Esta semana también se me ha hecho eterna. Pese a que en el Rico Pérez no vimos un encuentro brillante y sí un duelo en el que dos de los grandes de la categoría tuvieron que ponerse el mono de faena para sumar al menos un punto, estoy loco porque llegue el partido de mañana. El dulce recuerdo de la remontada ante el Murcia permanece inalterable. El deseo de seguir disfrutando con el fútbol de toque del Xerez me puede. Y eso que no me gustar pecar de optimista, ya que no sería el primer desengaño en la historia más reciente.
Me gusta el fútbol, y por eso sigo en una nube, y de buena gana estaría en ella una temporadita. Pero claro, de reojo, tampoco descarto la posibilidad de que nos demos una torta de padre y muy señor nuestro que nos despierte bruscamente.
A priori, todo encaja para seguir en la misma línea. El equipo está cogiendo una confianza fuera de lo normal, el Alavés es el equipo más goleado de la categoría, la afición está más que ilusionada... ¿Demasiado bonito para ser verdad? Puede que sí.
Particularmente, entiendo que a este sueño en el que estamos sumidos le falta una buena dosis de realidad. Pero para eso está el "míster". Esteban Vigo se afana de bajas los humos a los suyos y de apagar euforias desmedidas que no sería la primera vez que se quedan en nada.
Así que, nosotros a lo nuestro, y el equipo a lo suyo. Es decir, al mantener al máximo la concentración y los nervios de acero para seguir escribiendo con letras doradas la historia de una temporada que -lo digo bajito- nos mantiene con la emoción a flor de piel.
Y un consejo, no se dejen toda la voz en la concentración previa al partido para pedir a Morales que venda ya. Resérvense algo para cuando los once gladiadores de azul salgan a tratar de comerse a un rival que antes de ayer era finalista de la Copa de la Uefa.
Me gusta el fútbol, y por eso sigo en una nube, y de buena gana estaría en ella una temporadita. Pero claro, de reojo, tampoco descarto la posibilidad de que nos demos una torta de padre y muy señor nuestro que nos despierte bruscamente.
A priori, todo encaja para seguir en la misma línea. El equipo está cogiendo una confianza fuera de lo normal, el Alavés es el equipo más goleado de la categoría, la afición está más que ilusionada... ¿Demasiado bonito para ser verdad? Puede que sí.
Particularmente, entiendo que a este sueño en el que estamos sumidos le falta una buena dosis de realidad. Pero para eso está el "míster". Esteban Vigo se afana de bajas los humos a los suyos y de apagar euforias desmedidas que no sería la primera vez que se quedan en nada.
Así que, nosotros a lo nuestro, y el equipo a lo suyo. Es decir, al mantener al máximo la concentración y los nervios de acero para seguir escribiendo con letras doradas la historia de una temporada que -lo digo bajito- nos mantiene con la emoción a flor de piel.
Y un consejo, no se dejen toda la voz en la concentración previa al partido para pedir a Morales que venda ya. Resérvense algo para cuando los once gladiadores de azul salgan a tratar de comerse a un rival que antes de ayer era finalista de la Copa de la Uefa.
(Fotos: La Voz de Jerez).
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