Antoñito juega más en Chapín que fuera, pero lejos del Municipal lleva tres goles, y en casa sólo uno. Esto sólo tiene una explicación, que el futbolista más desequilibrante que tiene la plantilla del Xerez de mediocampo para adelante juega más cómodo y menos vigilado como visitante que como local.
Y no es que esté diciendo que el del Polígono San Pablo merezca un banquillazo este domingo ante el Murcia, y menos para abrir el cerrojazo que prepara el inefable Javi Clemente. Lo que trato de explicar es que el delantero sevillano es aún más aprovechable cuando el equipo juega lejos de casa. Salvo en la temporada de su explosión en Huelva, a Antoñito le han colgado el cartel de "revulsivo" para los últimos minutos. Y no nos fue nada mal como recurso la pasada temporada. El ex sevillista llegó con la liga empezada y mal físicamente. Para colmo, Yordi se salió desde el principio y cuando le empezó a coger el tono al grupo, volvió a casa por Navidad Viqueira para no dejar ningún resquicio a la duda.
Pero este año es diferente. Antoñito se ha chupado la pretemporada de cabo a rabo y a base de goles está demostrando que vive una segunda juventud.
El problema, y ojalá todos fueron así, es que en la mente -excesivamente cuadriculada a veces- de Esteban Vigo no entra Antoñito como fijo. Y eso de que talento últimamente andamos escasos.
Recuerdo un chileno que jugó en el Valladolid y en el Betis hace más de dos décadas, el "Pato" Yáñez. De él decían que tenía que jugar hasta cojo. Pues eso, Antoñito cojo y todo, y adiós problema Esteban.
Y no es que esté diciendo que el del Polígono San Pablo merezca un banquillazo este domingo ante el Murcia, y menos para abrir el cerrojazo que prepara el inefable Javi Clemente. Lo que trato de explicar es que el delantero sevillano es aún más aprovechable cuando el equipo juega lejos de casa. Salvo en la temporada de su explosión en Huelva, a Antoñito le han colgado el cartel de "revulsivo" para los últimos minutos. Y no nos fue nada mal como recurso la pasada temporada. El ex sevillista llegó con la liga empezada y mal físicamente. Para colmo, Yordi se salió desde el principio y cuando le empezó a coger el tono al grupo, volvió a casa por Navidad Viqueira para no dejar ningún resquicio a la duda.
Pero este año es diferente. Antoñito se ha chupado la pretemporada de cabo a rabo y a base de goles está demostrando que vive una segunda juventud.
El problema, y ojalá todos fueron así, es que en la mente -excesivamente cuadriculada a veces- de Esteban Vigo no entra Antoñito como fijo. Y eso de que talento últimamente andamos escasos.
Recuerdo un chileno que jugó en el Valladolid y en el Betis hace más de dos décadas, el "Pato" Yáñez. De él decían que tenía que jugar hasta cojo. Pues eso, Antoñito cojo y todo, y adiós problema Esteban.
(Foto: La Voz de Jerez)
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