viernes, 17 de abril de 2009

El partido trampa


Sabida es la facilidad con la que aquí pasamos del infinito al cero y viceversa. Si mañana pierde el Xerez en Vitoria, que Dios no lo quiera, tendrán la oportunidad de comprobarlo. Un pinchazo en Mendizorroza ante un tan necesitado como motivado Deportivo Alavés volvería a encender las luces de alarma y a atraer negros nubarrones entorno al equipo de Esteban Vigo.Ya durante esta semana ha habido quien se ha dedicado a hacer cábalas sobre la jornada en la que se cantará el alirón. Como en todo, hay preferencias para todos los gustos. Que si es mejor que se consiga el ascenso en casa, ante los aficionados; que si sería preferible lograrlo fuera; que si antes, durante o después de Feria; que si en el Rocío...Ya hay quien, sin haber pisado en toda su vida el Domecq o Chapín, se ha apuntado a desplazamientos como Tarragona, Tenerife o Vigo. No duden que en unos meses, si Dios quiere, los verán sacando pecho en las tribunas como cualquier xerecista de toda la vida. Pero no pierdan de vista que lo de Vitoria no va a ser fácil, que al Alavés no le queda otra que ganar o morir y que el estadio alavista va a presentar la mejor entrada de la temporada para intentar hacerle una encerrona al líder.Que sí, que lo más normal es que, visto lo visto el sábado ante el Hércules, el Xerez no vuelva a dar un paso atrás ni para coger impulso. Pero esto es fútbol, y cosas más raras se han visto. En Vitoria, como en Las Palmas o en Murcia, hay en juego tres puntos decisivos, que no definitivos. De traerse el Xerez la victoria, y en vísperas de recibir al colista, los azulinos habrían dado un golpe definitivo y los perseguidores asumirían que una de las tres plazas para la Primera división estaría ya adjudicada. En caso contrario, se pasaría de la euforia al pesimismo y entraríamos de nuevo en el escenario que menos conviene a los cardíacos.Mañana, como nunca, tres puntos nos separan del cero al infinito. Suerte.

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