Lo del Xerez de esta temporada no es obra de un sólo jugador. Quien diga que el Xerez es Viqueira y diez más, una de dos: o no ha visto al equipo de Esteban Vigo, o de fútbol entiende lo justito. Eso no quita para que la baja durante dos meses del "Mago", cuando menos, me inquiete. La capacidad del gallego para desatascar un partido con un pase magistral le ha dado al Xerez un número curioso de puntos, y su calidad para poner en funcionamiento la mejor máquina de jugar al fútbol de toda la categoría ha provocado el elogio de todos.Mi tranquilidad tiene su base en el trabajo, tantas veces denostado, de la secretaría técnica que comanda Miguel Ángel Rondán. A pesar de que la economía del club está como está, y en contra incluso de la opinión de los "pesos pesados" del vestuario, el "capi" vio claro que Viqueira no tenía sustituto natural. Con la acumulación de partidos, 34 años a sus espaldas y una constitución física tan particular, era previsible que pudiera ocurrir algún contratiempo. Y así se hizo con un refuerzo que para sí quisiera cualquier equipo de Segunda y, si me apuran, de Primera.Marginado en Bucarest, Rondán tiró de un tal Abel Gómez para que, cuando fuera necesario, nos sacara las castañas del fuego. Estoy de acuerdo con que jugadores como Emilio Viqueira no abundan en la categoría. Encontrar en las listas del desempleo un jugador de ese perfil parecía impensable, pero aquí está. Tras un mes en blanco que ha aprovechado para coger la forma perdida, ahora llega el momento de Abel. En Murcia fue clave en el ascenso del equipo de Lucas Alcaraz. Aquí -con el permiso claro está de Luque y Bergantiños-, está llamado a desterrar aquello de la "Viqueiradependencia" y a dar de nuevo la razón a la secretaría técnica. Le duela a quien le duela.
(Foto: La Voz de Jerez)
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