domingo, 3 de agosto de 2008

Miedo me da (5 de julio de 2008)

*Hola a todos de nuevo. Después de unas, creo que merecidas, vacaciones vuelvo a actualizar el blog con los artículos que han ido apareciendo en La Voz durante el mes de julio)

El impasse que vive el Xerez desde que el todavía presidente Morales anunciara la venta del club hace tres semanas está acabando con la paciencia del más optimista de los aficionados azulinos. Tan felices como nos la prometíamos al convertirnos en referente provincial del fútbol profesional y con los empresarios "amigos" de la alcaldesa a punto de comprar, pero todavía no hay nada de nada. Sabida es la facilidad que tenemos por aquí para pasar del infinito al cero. De esta forma, los mismos -muchísimos- que se subieron al carro a última hora para celebrar por todo lo alto la salvación, son los mismos que no lo han dudado un instante a la hora de poner a caer de un burro a Morales y sus cuentas, a Garrido y sus dudas y a todo lo que se menee, o mejor al que no se menee.Y posiblemente no les falte razón. Los días pasan y en el club nadie da señales de vida. Los jugadores con contrato, de vacaciones tras haber denunciado a la entidad por impago; el presidente, a verlas venir con la cartera abierta de par en par; el director deportivo, achicharrándose las manos con la patata caliente; el entrenador, en su merecido descanso; la alcaldesa, mirando para otro lado y más preocupada por explicar la vergonzosa subida de sueldo de su asesor que de otra cosa; el tal Garrido, haciéndose de rogar...En lo deportivo, lo que más me preocupa es el tiempo precioso que estamos perdiendo. Gestiones, las ha habido, las está habiendo y las habrá, pero mientras no haya traspaso de poderes, no se puede firmar contrato ni al del puesto de los refrescos.Espero que no tengamos que llegar a lamentarnos todo al año del poco tiempo que hubo para planificar, de que fue imposible amarrar a los objetivos prioritarios y que tuvimos que conformarnos con los que nadie quería. Algo parecido ocurrió cuando el desembarco de Morales, hace cuatro años, y Diego Rodríguez estuvo a punto de darnos un disgusto con los Cordero, Simeón, Basti, Lekic y compañía. ¿Recuerdan? Que no se repita.

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