sábado, 9 de octubre de 2010

Que quede en un susto


El presidente de honor del Xerez Club Deportivo, Rafael Verdú, recibió el pasado lunes por parte de la Tesorería General de la Seguridad Social una reclamación de deuda por derivación de responsabilidad solidaria cuya cantidad se aproxima al millón de euros. Quiere esto decir que si los asesores jurídicos no frenan en seco el asunto, a este jubilado de 82 años y a su esposa les podrían quitar su humilde vivienda de la barriada de la Asunción y verse en la calle de un día para otro. El amor sincero y sin condiciones a unos colores le pueden acabar costando caro al bueno de Rafa. Lo increíble del caso es que defender a un hombre que lo ha dado todo por este club, incluida su pierna y su modesto patrimonio, se haya convertido de un tiempo a esta parte en algo políticamente incorrecto.

Sólo Dios sabrá los intereses de quienes le niegan el pan y la sal a quien, por desconocer, ni sabía que a cambio de entregarle sus últimos años de vida al club de sus amores estaba poniendo en riesgo su propio bienestar y el de su familia.

Por falta de espacio no voy a recordar ahora las muchas veces que este club requirió los servicios a Rafa para que le sacara las castañas del fuego, ni la grave lesión ante el Ayamonte, ni la dura convalecencia en Sevilla, ni siquiera la lealtad al escudo mientras los presidentes de turno se lo llevaban calentito con la complicidad del político de turno.

Los que durante este tiempo le han llamado «gorrón», «egocéntrico» y «vividor» a costa del Xerez Deportivo deberían ponerse por un instante en la piel de este octogenario antes de seguir poniendo a caldo a quien, como pocos, se merece estar sentado cada fin de semana en los palcos del estadio Municipal de Chapín y en el de los estadios de media España representando al equipo de sus amores y por el que tanto ha luchado. Que todo quede en un susto, don Rafael.

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