El presidente del Xerez Deportivo, Carlos Osma, ha presentado su dimisión irrevocable como presidente y miembro del consejo de administración, tras denunciar haber recibido amenazas. Osma, que el pasado 19 de marzo sustituyó en la presidencia a Joaquín Bilbao tras verse implicado el anterior mandatario en un tiroteo a las puertas de un pub, deja el cargo después de haber vivido los momentos más importantes en la historia del club, como el primer ascenso a la Primera división, el 13 de junio, el primer partido oficial al Santiago Bernabéu o la visita a Chapín del Barcelona.
Sin embargo, justo un día después de que el Xerez lograra plantar cara al mejor equipo del mundo, Osma ha dimitido como presidente por razones "puramente personales" y desvelaba haber "recibido amenazas hacia mí, hacia mi señor y mis hijos". El ya ex presidente, que no quiso dar más detalles al respecto, explicó que "soy del Xerez, vivo en Jerez y mi profesión no es ser presidente del Xerez, sino otra y tengo que atenderla".
Especialmente crítico se mostró con "el ambiente negativo que existe desde que hemos subido a Primera". En este sentido, recordó que "no es normal que en el primer consejo de administración de un club que acaba de subir a Primera tenga que salir escoltado el máximo accionista. En esta ciudad tenemos una crisis galopante y el número de parados que hay en JUerez es terrible, pero de eso no se habla, sólo de los problemas internos de un club modesto".Osma reconoce que le duele todo esto "porque no estamos aprovechando el momento de un equipo en Primera. Es una pena que al tercer partido se diga que el equipo está en Segunda".
Carlos Osma recuerda que "en su momento, el club em necesitó en la presidencia y acepté gustosamente, pero cuando he recibido amenazas creo que sobro. Quiero estos colores, pero lo mejor que hago es apartarme y seguir apoyando al Xerez, como siempre. Los colores los llevo dentro, pero a mi familia no puede afectarle esta situación".El ex mandatario azulino asegura que sería "muy fácil estar y no ayudar, pero esto no es una decisión de ayer, sino de hace mucho tiempo. El consejo lo sabía, pero entonces no era el momento porque perjudicaba al Xerez. Ahora hay una ley concursal que ha sido aceptada, y mi trabajo en el club ya ha terminado".Osma se marcha con la conciencia tranquila por la labor cumplida: "He estado a las duras y a las máduras. El tema económico está más que controlado y el hecho de que yo estuviera o no tampoco iba a afectar mucho. Hace un par de meses que la familia me lo estaba pidiendo, y ante todo está ella".
En la rueda de prensa en la que presentó su dimisión, Carlos Osma compareció solo, si nadie del consejo de administración ni del club arropándole, al contrario de lo que sucedió hace ocho meses y medio, cuando relevó a Joaquín Bilbao.
La razón es que el director general, Antonio Fernández Monterrubio, tenía que atender un problema familiar delicado y que el máximo accionista, Joaquín Morales, se encontraba en Madrid.
El motivo de la presencia de Morales en la capital de España obedecía a que estaba tratando de acelerar las gestiones para cerrar, por enésima vez, la venta del club. Aunque durante el día se aseguró que detrás del grupo inversor podrían estar el ex presidente del Real Madrid, Ramón Calderón, y el propio Bernd Schuster, desde el entorno de Morales se demintió este extremo.
Sin embargo, justo un día después de que el Xerez lograra plantar cara al mejor equipo del mundo, Osma ha dimitido como presidente por razones "puramente personales" y desvelaba haber "recibido amenazas hacia mí, hacia mi señor y mis hijos". El ya ex presidente, que no quiso dar más detalles al respecto, explicó que "soy del Xerez, vivo en Jerez y mi profesión no es ser presidente del Xerez, sino otra y tengo que atenderla".
Especialmente crítico se mostró con "el ambiente negativo que existe desde que hemos subido a Primera". En este sentido, recordó que "no es normal que en el primer consejo de administración de un club que acaba de subir a Primera tenga que salir escoltado el máximo accionista. En esta ciudad tenemos una crisis galopante y el número de parados que hay en JUerez es terrible, pero de eso no se habla, sólo de los problemas internos de un club modesto".Osma reconoce que le duele todo esto "porque no estamos aprovechando el momento de un equipo en Primera. Es una pena que al tercer partido se diga que el equipo está en Segunda".
Carlos Osma recuerda que "en su momento, el club em necesitó en la presidencia y acepté gustosamente, pero cuando he recibido amenazas creo que sobro. Quiero estos colores, pero lo mejor que hago es apartarme y seguir apoyando al Xerez, como siempre. Los colores los llevo dentro, pero a mi familia no puede afectarle esta situación".El ex mandatario azulino asegura que sería "muy fácil estar y no ayudar, pero esto no es una decisión de ayer, sino de hace mucho tiempo. El consejo lo sabía, pero entonces no era el momento porque perjudicaba al Xerez. Ahora hay una ley concursal que ha sido aceptada, y mi trabajo en el club ya ha terminado".Osma se marcha con la conciencia tranquila por la labor cumplida: "He estado a las duras y a las máduras. El tema económico está más que controlado y el hecho de que yo estuviera o no tampoco iba a afectar mucho. Hace un par de meses que la familia me lo estaba pidiendo, y ante todo está ella".
En la rueda de prensa en la que presentó su dimisión, Carlos Osma compareció solo, si nadie del consejo de administración ni del club arropándole, al contrario de lo que sucedió hace ocho meses y medio, cuando relevó a Joaquín Bilbao.
La razón es que el director general, Antonio Fernández Monterrubio, tenía que atender un problema familiar delicado y que el máximo accionista, Joaquín Morales, se encontraba en Madrid.
El motivo de la presencia de Morales en la capital de España obedecía a que estaba tratando de acelerar las gestiones para cerrar, por enésima vez, la venta del club. Aunque durante el día se aseguró que detrás del grupo inversor podrían estar el ex presidente del Real Madrid, Ramón Calderón, y el propio Bernd Schuster, desde el entorno de Morales se demintió este extremo.
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