viernes, 23 de octubre de 2009

El genio de Antoñito


No tengo dudas de que en mi equipo Antoñito jugaría siempre de titular. Es genial, desequilibrante, mágico, brillante, talentoso y artista. En un gesto, con un detalle, te puede resolver un partido, como ocurrió el domingo ante el Villarreal, gracias en parte a la manita que nos echó el colegiado, que ya era hora. Siempre me han gustado este tipo de jugadores. Crecí disfrutando con Eloy en el viejo Domecq, pasé mi adolescencia deleitándome en Chapín con la magia de otro "once" de lujo, Dante Sanabria, y ahora, entre la juventud y la madurez, saboreo cada detalle del que llaman el "Romario del Polígono San Pablo".
Y afirmo esto desde mi perspectiva de aficionado y periodista, que no de entrenador. Porque no vale mirar para otro lado y negar que a lo largo de su ya dilatada carrera profesional, el sevillano casi nunca ha sido titular indiscutible para ninguno de sus técnicos. Después de salirse con el filial sevillista en Tercera y despuntar en su primera cesión en el Recre, apenas tuvo acomodo en el once inicial del Sevilla de Joaquín Caparrós. Sí tuvo algo más de continuidad en Santander, donde fue uno de los artífices de la permanencia, pero de nuevo a las órdenes de Alcaraz, esta vez en Murcia, Antoñito salió pocas veces de inicio. Ya en el Xerez, donde recaló hace tres campañas porque no pocos clubes recelaban de su falta de continuidad, nunca fue fijo ni con Rondán primero, ni con Casuco después, ni siquiera con el mismísimo Esteban Vigo. Ahora, con Ziganda, ocurre otro tanto de lo mismo.
La titularidad de Antoñito se impone como cuestión de Estado en nuestra patria chica. Pero, aunque el genio nos ciegue de vez en cuando con su indiscutible arte, para los que entienden de verdad de esto -o al menos deberían- debe haber secretos inconfesables que se nos deben escapar al resto de los mortales. Supongo que, como a muchos artistas, al sevillano le sobrará de magia lo que le falta de trabajo y de entrega en el campo. Y ahí, amigo, me callo y me refugio en la sabiduría de Oscar Wilde, quien dijo: "Ningún gran artista ve las cosas como son en realidad; si lo hiciera, dejaría de ser artista".


(Foto: diariodejerez.es)

3 comentarios:

Miguel Ángel Borrego Soto dijo...

Totalmente de acuerdo con tu columna, nunca he entendido por qué Antoñito no es titular indiscutible siempre.

wakisney dijo...

Fantástico artículo. Coincido contigo al 100 por 100 aunque eso, dentro de la afición xerecista, no parece tener ningún mérito ya que estoy seguro que la mayoría de la hinchada ve a Antoñito dentro del once titular. Me conformo con que salga desde el banquillo y sea capaz de derrumbar Chapín de vez en cuando como lo hizo el día del Castellón, Villarreal,...

Unknown dijo...

Yo creo que el problema no es solo Antoñito, que por cierto de forma esta regular. El problema está en el centro del campo donde se han vuelto a imponer un obeso Viqueira, que aporta su grandes cualidades técicas y un Moreno patetico e inmovil que descuadra totalmente al equipo. La defensa es un desatre y se han destruido las bandas, caracteristica de este equipo durante los últimos años. La delantera, si lo demás funcionara seria cojonudo que la formaran dos jugadores, en la que no puede faltar Bermejo. Antoñito es una pieza importante poro no indiscutible, por que no es capaz de tener el ritmo de esta competición. Y ese es el problema principal del Xerez que no corre que anda y siendo el equipo más malo de la categoria es lo minimo que se le puede pedir. Los jugadoes no tienen la debida aptitud. Esa es mi opinión. El partido del domingo fue un duro golpe para esta sufrida afición. Y los jugadores fueron poco profesionales.