Miedo me da el 1 de enero. No ya porque la crisis amenace con hundirnos un poco más en el fango, ni porque los precios vuelvan a subir de nuevo muy por encima del IPC, que con cosas de mayor calado e importancia. Me refiero, ya que estamos en las páginas deportivas, a la fecha prevista para la reapertura del plazo para fichajes, el conocido como mercado invernal. Si en otras muchas ocasiones hemos aguardado, entre preocupados e ilusionados, el pistoletazo de salida para la contratación de refuerzos que nos ayudaran a sacar las castañas del fuego -como hicieron el año pasado Viqueira y Redondo-, este año nada de eso.Es más, miedo me da que a alguien se le pueda ir la cabeza y, sin probar a los Amaral, Rabiu, Silva, Luque, Colorado, Asier y Michel, que permanecen inéditos esta temporada, se dedique a fichar a diestro y siniestro. Era esa, por ejemplo, la intención de Nuchera y compañía, motivo por el que me alegré cuando se fue a pique -¿definitivamente?- la compraventa del club.Esteban Vigo lo ha dejado clarito esta semana al afirmar que antes que fichar a nadie necesita la pretemporada que no tuvo en verano y que bien podría celebrarse durante el "impasse" navideño. Ese es el mensaje que también ha captado el nuevo consejo encabezado por Joaquín Bilbao, que en sus declaraciones antes de sentarse en el sillón presidencial -a muy juicio demasiadas-, ha asegurado que habrá, a lo sumo, un fichaje. Vista la balsa de aceite en que se ha convertido el vestuario del Xerez, dedicarse a quitar y a poner se me antoja un riesgo innecesario que ni siquiera avala el "Boquerón". Una vez más, recurramos al dicho de "Virgencita, que me quede como estoy".
(Foto: La Voz de Jerez).
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